Sucesos

Pocosol: Uno de los policías que falleció había tenido depresión

Los tres uniformados estuvieron en un bar de San Carlos poco antes de morir

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Lo que se selló con la muerte de tres oficiales de la Policía de Fronteras se habría iniciado en la patrulla pick up en la que viajaban.

La hipótesis más fuerte que maneja el Organismo de Investigación Judicial en el caso de los policías que murieron este domingo en Pocosol de San Carlos es que uno de ellos habría baleado en la cabeza a los dos compañeros y luego se disparó.

Esa versión surgió luego de que los investigadores judiciales revisaran la escena y descubrieran que la patrulla en la que viajaban no tenía balazos. Eso los llevó a descartar que se tratara de una emboscada.

Las víctimas mortales son Jonathan Zúñiga Arguedas, de 25 años; Santiago Méndez Tenorio, de 34 y Vianey Vásquez Molina, de 30.

Otros oficiales de la Policía de Fronteras los encontraron este domingo, a eso de la 1:20 de la madrugada, en el camino que lleva hacia El Concho, en Pocosol.

De primera impresión todos creyeron que se trataba de un accidente de tránsito por que la patrulla estaba volcada sobre un paredón en una calle de tierra. Pero luego el caso dio un giro inesperado pues se descubrió que los tres estaban baleados.

La Teja supo este domingo que uno de los tres oficiales tuvo suspendido su permiso de portación de armas durante un tiempo porque había presentado problemas depresivos.

Jonahtan presentaba un balazo en la cabeza y su cuerpo quedó muy cerca de la patrulla; Santiago quedó con medio cuerpo fuera del vehículo y también presentaba un disparo en la cabeza.

Vianey fue encontrado aún con vida con un disparo en la sien derecha y fue llevado al Hospital San Carlos, donde falleció después.

Marielos Silva, vecina del lugar donde quedó volcada la patrulla, dijo que ella escuchó un fuerte golpe e imaginó que algún carro había tenido un accidente.

“Como a la media hora empezaron a llegar motos y otros carros. En ningún momento escuché balazos”, afirmó Silva.

Los investigadores pasaron la mañana y parte de la tarde del domingo revisando la escena. Encontraron un casquillo y varias armas dentro de la patrulla, algo que no es inusual porque en muchas ocasiones los oficiales, además de andar el arma corta de reglamento, portan algunas armas largas.

Los agentes judiciales levantaron los dos cuerpos que quedaron en la calle de tierra unas doce horas después de que murieran. Debido a la complejidad del caso necesitaron revisar muchos detalles antes de llevarlos a la morgue.

En las próximas horas los médicos forenses revisarán los cadáveres para ver si alguno tiene restos de pólvora en las manos y para analizar las trayectorias de los disparos que recibieron.

Eso les permitiría establecer cuál de los uniformados habría disparado contra sus compañeros.

Noche movida

Según se supo, los tres oficiales salieron en la tarde del sábado de la delegación de Crucitas para hacer una diligencia en los Tribunales de Ciudad Quesada.

A eso de las 7 de la noche iban de vuelta, pero en el trayecto decidieron pasar al bar El Ceibo, a 1 kilómetro de donde se volcaron.

Dos personas que estaban en el bar dijeron que los policías entraron con todo y el uniforme, bebieron algo y bailaron.

Pedro Rodríguez estaba en el bar y afirmó haber visto a los policías y que le llamó mucho la atención que estuvieran bailando en horas laborales.

“Estaban bailando y tomando, disfrutando el rato. Vi que estaban con uniforme, pero, diay, ya eso era cosa de ellos y aquí es algo normal en esta zona. En ningún momento tuvieron problemas con nadie mientras estuvieron ahí, ya como a las once y media de la noche se fueron”, relató.

Carlos Hernández, que también estuvo en el bar, dijo que los oficiales se quedaron un par de horas.

“Estuvieron ahí vacilando y bailando, se echaron sus traguillos y como a las doce se salieron como hacia el lado de la trocha”, contó.

Este mismo domingo los agentes judiciales fueron al local para conversar con los trabajadores y obtener más datos de lo que hicieron los oficiales mientras estuvieron allí.

Cuando habían avanzado cerca de un kilómetro ocurrió el vuelco y de seguido, presuntamente, hubo algún tipo de enfrentamiento entre los oficiales y eso acabó a balazos.

El ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, dijo que la lamentaba mucho la situación.

“Es una noticia muy triste. Nos unimos al dolor de los familiares y pedimos a Dios paz y fuerzas”.

En cuanto al caso y a la investigación, Soto dijo que solo el OIJ puede dar datos.

Por su parte, Daniel Calderón, director de la Fuerza Pública, manifestó en su cuenta de Twitter su pésame para las familias de las tres víctimas.

Las autoridades del ministerio de Seguridad están colaborando en todo lo que puedan con la Policía Judicial, incluso aportarán los expedientes de los oficiales fallecidos para tener un perfil más claro de cada uno.

La página web del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) registra que Jonathan nació en San Isidro de León Cortés, en la zona sur del país, era soltero y tenía una hija de siete años. Él entró a la policía el 16 de octubre del 2012.

Santiago nació en Liberia y luego se fue a vivir a Puerto Jiménez de Golfito; estaba casado desde el 2015 y tenía dos hijas: una de ocho años y una bebé de solo un añito. Era oficial del MSP desde el 1° de diciembre del 2008.

Por último Vianey era de La Tigra de San Carlos, era soltero y tenía dos hijos: una mujer de nueve años y un pequeño de seis. Él entró al cuerpo policial el 1° de agosto del 2012.

Los compañeros de las víctimas están muy afectados por lo ocurrido y aseguran que no entienden qué fue lo que pudo haber causado semejante tragedia.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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