Los bichos se ponen muy creativos a la hora de intentar meter drogas a las cárceles.
Los ejemplos más recientes ocurrieron el fin de semana y este lunes, cuando oficiales de la Policía Penitenciaria sorprendieron a unos maleantes que llevaban la mercancía ilícita escondida dentro de cebollas, chancletas y hasta en una pizza.
De acuerdo con el Ministerio de Justicia, debido al cierre de varias cárceles por el brote de paperas, incrementaron la seguridad ante el posible envío de drogas en encomiendas y gracias a eso agarraron a los vivazos.
El primer caso ocurrió este sábado en el Centro de Atención Institucional (CAI) Jorge Arturo Montero (La Reforma), en San Rafael de Alajuela, cuando los uniformados sorprendieron a un hombre de apellido Richmond con 5,25 gramos de marihuana, la cual iba oculta en unos sorbetos.
Horas más tarde los policías pescaron a otro vivazo de apellido Parra, quien llevaba 5,5 gramos de mota dentro de un tubo de pasta dental.
Como si no fuera suficiente, ese mismo día los oficiales capturaron a un hombre apellidado Arguedas, quien cayó con 51 gramos de marihuana que había escondido dentro de unas cebollas a las que le sacó el relleno.
“Todos estos casos quedaron en conocimiento del Ministerio Público, pues introducir drogas en un centro penitenciario es un delito”, manifestó el subdirector de la Policía Penitenciaria, Nils Ching.
No aprenden
El trabajo de los policías penitenciarios continuó el lunes, pues en esa misma cárcel descubrieron tres casos similares a los del sábado.
El primero fue el de un hombre que quedó detenido por intentar ingresar unas chancletas que en su interior ocultaban 61 gramos de crack.
Los uniformados luego pescaron a otro sujeto que también intentó usar cebollas para camuflar mota, él llevaba 11 gramos de marihuana.
Finalmente, capturaron a un vivazo que llegó a entregar una pizza que dentro de su masa escondía 4 gramos de mota.
Las autoridades no dieron a conocer la identidad de estos últimos tres detenidos.
Celus decomisados
Además de los decomisos de droga en esa cárcel, la Policía Penitenciaria también logró incautar cinco teléfonos celulares durante este fin de semana.
De acuerdo con las autoridades, los celus estaban metidos en el doble fondo de un cajón en uno de los dormitorios que están bajo aislamiento por paperas. Los oficiales hallaron, además, cables USB y cargadores.
“Diariamente realizamos operativos de decomiso y hallazgo. Esto es fundamental, pues el cuerpo policial debe tener un control permanente sobre la población privada de libertad y poder desarticular grupos organizados a lo interno de los centros penales”, dijo Ching.