Dos policías se toparon de frente con la pelona cuando un maleante los encañonó con un fusil de asalto.
Pese a la parada de peluca, los uniformados sacaron pecho y le montaron la persecución hasta que lo detuvieron junto a otro bicho.
Los hechos ocurrieron este jueves a eso de las 3 de la mañana, en Heredia, específicamente al costado suroeste del hospital San Vicente de Paul.
Los maleantazos fueron identificados con los apellidos Alvarado, de 30 años y con historia policial por tenencia de drogas; y Vado, de 18 años y con antecedentes por robo agravado, tenencia de droga, amenaza con arma blanca y violencia doméstica.
De acuerdo con el reporte policial todo ocurrió cuando los oficiales pasaron por ese lugar y vieron dos carros en los que sus ocupantes tenían una actitud sospechosa, por lo que se acercaron a ver qué sucedía.
“Al llegar donde se encontraban los sujetos, uno de los pasajeros, al parecer, les encañonó con un fusil de asalto y les amenazó. Ante tal acción, los oficiales reaccionaron cubriéndose; mientras los sujetos les gritaron que se fueran o les dispararían, mientras huían a gran velocidad”, indicó la oficina de prensa del Ministerio de Seguridad Pública.
Los oficiales no se arrugaron y más bien se le pusieron al corte al carro en el que viajaba el sujeto armado. Además pidieron refuerzos para intentar detener al otro vehículo sospechoso.
Durante la persecución los bichos lanzaron varios paquetes por la venta del chuzo, los cuales fueron recogidos por los sujetos que viajaban en el otro carro.
La persecución se prolongó hasta Barreal de Heredia, donde otra patrulla se le atravesó a la nave de los sospechosos, lo que provocó que el chofer la impactara, perdiera el control y pegara contra un rótulo publicitario.
Los policías aprovecharon para detener a Alvarado y a Vado, quienes llevaban ¢2.296.000 en efectivo dentro del carro. El fusil usado para amenazar a los agentes no fue hallado y se presume que fue lanzado por la ventana durante la persecución.
En cuanto a los paquetes que fueron recogidos por los bichos que viajaban en el otro carro, lograron darse a la fuga. Las autoridades presumen que los paquetes serían de dinero producto de alguna actividad ilegal.