Hace cuatro años Coronel estaba destinado a la muerte.
La sarna (daño en la piel causado por un parásito), la erliquia (enfermedad transmitida por garrapatas), la anemia y otros padecimientos tenían al perrito hecho un puño esperando que la pelona llegara por él, para dejar de sufrir.
El animalito vivía en Shiroles de Talamanca y el 13 de diciembre de 2013 la fortuna le sonrió por primera vez en la vida.
Rocío Rodríguez, presidenta de la Asociación Defensa Animal (ADA), estaba en la zona y encontró a Coronel y se propuso salvarlo. Las esperanzas eran pocas, ya que estaba tan débil que ni podía caminar. Lo primero que hicieron las veterinarias que andaban en la gira fue ponerle una vía.
Contra todos los pronósticos, Coronel viajó en carro hasta Heredia, a la casa de Rodríguez, y días después se hizo famoso, porque su caso se dio a conocer en varios medios de comunicación.
“Las veterinarias venían a verlo cada tres o cuatro días, porque su estado era muy delicado, pero poco a poco se fue fortaleciendo. La historia de él conmovió a muchas personas, incluso la gente llegaba a mi casa, porque decían que lo querían conocer y tomarse fotos con él”, recordó Rocío.
Para ese entonces el perrito no tenía nada de pelo, ya que la sarna que sufría era muy severa, pero aún con su triste apariencia, lograba ganarse el corazón de todo el que lo conocía.
“Increíblemente mi bebé logró recuperarse de todo y ahora en un perrito feliz. Tiene la piel marcada y llena de cicatrices, por los problemas tan severos que tuvo, pero ya le ha ido naciendo un poquito de pelo", comentó.
Muy agradecido.
Actualmente Coronel tiene entre siete y ocho años y es un peludito adorable. Él sabe muy bien que le debe su vida a Rodríguez y por eso la cuida con su vida.
“Él es muy amoroso conmigo y no soporta que nadie se me acerque, es muy ,pero muy celoso", aseguró.
“Es muy comelón, pasó de estar en los huesos a pesar ahora unos 35 kilos. También es muy juguetón y le encanta andar en carro, todos los fines de semana lo llevamos a dar una vuelta y él se sienta en el carro adelante y va feliz viendo por el parabrisas y por la ventana”, agregó la rescatista.
Entre las secuelas que arrastra por los maltratos que sufrió en Talamanca está que es muy peleón con otros perros; sin embargo, con paciencia y mucha dedicación ha logrado establecer una linda relación con varios de sus hermanos perrunos, con quienes pasa jugando todos los días.
“Coronel es un ejemplo increíble de lucha, la verdad, yo llegué a pensar que iba a morir y verlo tan bien ahora es muy satisfactorio. Espero tenerlo en casa muchos años más”, expresó Rodríguez.