Julio César Loaiza Ortega era un muchacho que trabajaba como peón en las bananeras de Siquirres, los últimos dos días de su vida los pasó al lado de su mamá, doña Cecilia Ortega, a quien le contó que estaba muy triste porque extrañaba a su papá, quien había muerto de un infarto, por lo que quería tomarse unas cervezas para tratar de olvidar ese dolor.
Lamentablemente, cuando iba de regreso para la casa en barrio Nazareth de Siquirres, se devolvió caminando solo, ya era tarde, el reloj marcaba casi la medianoche y se topó con al menos tres muchachos a quienes no conocía y que lo atacaron a puñaladas sin razón ni piedad alguna.
Según afirma doña Cecilia, los tres sospechosos horas antes estuvieron gritando: “¡Queremos ver sangre, esta noche queremos ver sangre!”
Y Chuchín, como le decían de cariño, fue el blanco perfecto solo por ir pasando por el lugar en el momento equivocado.
El ataque ocurrió el sábado 16 de junio de este año sobre las líneas del tren del puente Negro, en Siquirres. El muchacho murió al día siguiente, justo el Día del Padre, en el hospital de Guápiles.
La agresión trascendió hasta este miércoles en la tarde, debido a que las autoridades de la zona detuvieron a dos de los sospechosos de apellidos Morales Rivera, de 21 años y Solano Pérez, de 19, quienes cayeron en barrio La Guaria de Siquirres; aún falta por detener a un tercero.
“En determinado momento dos de ellos lo sostuvieron mientras otro lo apuñaló en varias partes del cuerpo”, así lo explicó la oficina de prensa del OIJ mediante un comunicado.
Al parecer, el que dio las puñaladas es el detenido de apellido Morales.
El OIJ presume que los sospechosos estaban drogados.
Doña Cecilia dijo que lo único que le pide a las autoridades es que se haga justicia.
“Tengo un hermano que vive cerca de donde ocurrió el ataque y él escuchó a los muchachos gritar que ‘querían ver sangre’ y lamentablemente mi hijo fue la víctima”, expresó esta mamá.
Tres golpes para familia
Doña Cecilia contó que los últimos cinco meses han sido los más difíciles, pues en marzo murió de un infarto su esposo, el papá de sus hijos, luego le mataron a Chuchín y a principios de agosto falleció su suegra.
“Han sido momentos dolorosos, pero lo más triste ha sido mi hijo porque me lo quitaron de la noche a la mañana, él era quien pasaba pendiente de mí, luego de la muerte del papá”, expresó la mujer.
Jacqueline, una hermana del fallecido, agregó que él era el cuarto de ocho hermanos.
“Era una buena persona, como todos tenía errores y defectos, pero no le hacía daño a nadie, siempre nos cuidó”.
Al joven lo sepultaron en el cementerio de Pacuarito, cerca de las tumbas de su papá y abuela.
Las autoridades continúan con las investigaciones para dar con el otro sospechoso.