Sucesos

Quería plata, no asaltar: la increíble historia del “préstamo” más rápido y peligroso de Costa Rica

Un hombre al que ya le habían negado un préstamo entró armado al Banco Popular para que le prestaran dinero

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Un insólito caso ocurrió cuando un hombre amenazó con una pistola a los trabajadores del Banco Popular con el único fin de que le hicieran un préstamo.

Asalto Banco Popular 1980
Doña Ligia conoce la historia con lujo de detalle, en la foto también aparece don Abraham quien era su esposo y tesorero del banco, el falleció en el 2018. (Cortesía/Cortesía)

Los hechos ocurrieron en la sucursal que quedaba en San Pedro de Montes de Oca.

Doña Ligia Estrada recuerda como si fuera ayer la llamada que su esposo le hizo para contarle que por poco se queda viuda en ese momento, pues un hombre desesperado lo tuvo por varias horas con una pistola en la cabeza.

Don Abraham Bernal Antillón era su esposo y aquel 4 de julio de 1980 laboraba como tesorero del banco. Don Abraham falleció el 16 de febrero del 2018, pero su esposa tiene en su memoria lo vivido, pues muchas veces recordaron lo ocurrido ese día.

Don Abraham dejó ese puesto en 1995 por cambios en la Ley de movilidad laboral que se iban a dar. El señor cargó durante muchos años con una enfermedad que no le permitía recordar todo, pues sufrió un derrame cerebral, que le ocurrió mientras sacaba una pasantía en España.

El pescador logró conseguir el préstamo más rápido. Imagen creada con IA, Gemini
El pescador logró conseguir el préstamo más rápido. Imagen creada con IA, Gemini (Imagen creada con IA, /Cortesía)

La mañana de ese día, todo transcurría con normalidad en el banco; más de 15 personas hacían fila esperando ser atendidos.

Según data en el periódico La Nación, un hombre de apellido Rojas, pescador. de oficio, y de menos de 30 años, llegó y solo comentó a los presentes que el asunto de él iba para largo, que necesitaba que lo atendieran porque era urgente.

Al entrar al banco no lo habían revisado, pues, no existían los detectores metálicos de ahora, ni las medidas extremas de seguridad.

Asalto Banco Popular 1980
El caso ocurrió en el Banco Popular de Montes de Oca. Foto: Archivo Nacional. (Cortesía/Cortesía)

“Mi esposo contaba que, cuando el señor llegó a la caja, le dijo al cajero que necesitaba que le hicieran un préstamo, y le enseñó la pistola que andaba. El señor estaba sin trabajo, y el funcionario le respondió que tenía que hablar con el gerente”, recordó la señora.

Sin embargo, el gerente dijo que eso lo debía solucionar el tesorero.

“Inmediatamente, mandó a llamar a mi marido, quien era el tesorero del banco. Él tenía que firmar cualquier cheque para que lo cambiaran”, relató doña Ligia.

Cuando don Abraham llegó para ver qué era lo que sucedía, el cajero le explicó, pero, inmediatamente, el hombre lo encañonó, asegurándole que no le quería hacer daño, pero tenía mucha necesidad.

Asalto Banco Popular 1980
La Policía rodeó el edificio y lograron capturar al hombre. Foto Archivo GN (Cortesía/Cortesía)

Rojas había ido al mismo banco el 18 de junio para pedir que le prestaran ¢36.000 que le urgían, pues no tenía trabajo y quería irse a Cuajiniquil de Santa Cruz, Guanacaste, para dedicarse a la pesca. Ese día, los tramitadores del banco le habían dicho que no se podía, porque no había garantía de que él pudiera pagar, por lo que era necesario que se consiguiera varios fiadores, pero le era muy difícil lograrlo.

Esa situación no la conocía en ese instante don Abraham, quien para salvaguardar la vida de otras personas y clientes que estaban en el banco, le pidió al sospechoso que hablaran con el gerente para ver qué se podía hacer.

“Tuvieron que subir hasta el quinto piso, donde quedaba la oficina del gerente, y todo el camino en el ascensor lo llevaron encañonado. Mi esposo me contó que él tuvo temor, pero a la vez, sabía que no estaba ante un delincuente común, sino una persona con necesidad”, dijo Estrada, quien es vecina de Curridabat.

A las 9:15 de la mañana, Rojas empezó a hablar con el gerente para explicarle que no era un asalto, sino una petición para que le agilizara un préstamo que había pedido tiempo atrás y que no le daban una respuesta positiva.

El gerente Álvaro Ureña (fallecido el 17 de noviembre del 2011) mandó a llamar a todos los compañeros que debían firmar para poder autorizar el trámite ante la tensión que había en el banco. Entre ellos, el subgerente Rodolfo Guzmán Carranza y el asesor legal Pedro Brenes y Bernal, quien sin querer ya estaba ahí.

La pistola que los trabajadores miraban la había comprado el “cliente” el 30 de junio de ese mismo año en una armería en el centro de San José, y con un descuento le había “apiado” ¢900 colones (¢210 mil en la actualidad).

Cuando Ureña le preguntó a Rojas cuánta plata necesitaba le dijo que ¢200 mil (equivalente a más de 45 millones actualmente); entonces, por la congoja al “jefe” no le dio tiempo de pedir el expediente del hombre; inclusive, no supo si era o no cliente del banco.

Asalto Banco Popular 1980
El dinero y el arma que andaba el hombre fue decomisada. (Cortesía/Cortesía)

El sospechoso solo insistía en que le urgía la plata, que no le daban trabajo y que su familia la estaba pasando muy mal. Había trabajado en una finca bananera en Guácimo y había pertenecido a un movimiento sindical, lo cual le había generado muchos problemas.

En el banco todo el mundo corría de un lado a otro para el papeleo, había mucho temor por lo que estaba ocurriendo. Uno de los empleados se la jugó y le pudo avisar a la Policía para que, con mucha cautela, empezaran a movilizar a los oficiales antes de que el sospechoso saliera con el dinero.

Préstamo rápido

Según consta en los periódicos de la época, aquel no era solo el caso más curioso, sino el crédito más rápido otorgado en la historia del banco.

Lo normal era que el papeleo se tardara varias días y hasta semanas, pero aquel día todo quedó listo y firmado en tres horas.

“A mi esposo le tocó firmarle el cheque en el que se autorizaba que se le cambiara y entregara el dinero al cliente”, dijo Estrada.

Rojas recibió el dinero en efectivo, en puros billetes de 1.000, 500 y 100 colones. Tenía una sonrisa nerviosa, agarró la plata y la metió en un maletín; eso sí, le rebajaron ¢3.000 de las comisiones y trámites de formalización, a lo que no se opuso, más bien se mantuvo tranquilo y muy sereno. El préstamo se lo dieron a un plazo de ocho años.

El sospechoso hasta les dijo: “Disculpen y muchas gracias”.

“Cuando ya todo terminó, el hombre se llevó a mi esposo otra vez en el ascensor porque le daba miedo no poder salir del banco, que la seguridad se lo impidiera”, comentó la mujer.

El resto de los empleados no sabían quién era el sospechoso, solo que vestía una camisa roja. La Policía y los oficiales de la Dirección de Investigaciones Criminales tenían el banco rodeado por fuera y también un grupo numeroso había logrado entrar.

03/04/2024     Billetes y monedas que ya no circulan en Costa Rica. Se trata de monedas de 5,10, 25 y 50 céntimos, así como de uno y dos colones; además, billetes de 5,10,20, 100y 500 colones, monedas y billetes que dejaron de circular desde hace algunos años. Foto: Rafael Pacheco Granados
03/04/2024 Billetes y monedas que ya no circulan en Costa Rica. Se trata de monedas de 5,10, 25 y 50 céntimos, así como de uno y dos colones; además, billetes de 5,10,20, 100y 500 colones, monedas y billetes que dejaron de circular desde hace algunos años. Foto: Rafael Pacheco Granados (Rafael Pacheco Granados)

El préstamo que le dieron a Rojas quedó anulado por la manera en la que lo obtuvo, y el dinero regresó a las arcas del banco.

“Abraham contaba que cuando la puerta del ascensor se abrió un montón de agentes se le tiraron encima al hombre, hasta mi esposo sufrió algunos golpes y empujones. En ese alboroto lo pudieron haber matado, pero gracias a Dios, no pasó a más”, dijo la viuda.

El sospechoso, al ver la cantidad de oficiales, les preguntaba qué por qué lo habían detenido si él había firmado un contrato.

Al señor de inmediato lo capturaron y eso acabó con el pánico de tantas horas para los empleados del banco y para los trabajadores.

El sospechoso fue llevado a los tribunales por el cargo de asalto a mano armada; sin embargo, al parecer, la pena dictada fue muy baja y el hombre no fue a prisión.

Doña Ligia asegura que ella extraña mucho a su esposo, y los tres hijos que tienen en común son los que ahora la chinean.

Asalto Banco Popular 1980
El gerente del banco vivió momentos de mucha tensión. Foto: La Nación 1980 (Cortesía/Cortesía)

“Mi esposo fue un hombre que trabajó mucho, y esa historia de lo que ocurrió en el banco fue algo inolvidable. En aquel momento captó la atención de todo el mundo porque eso solo pasa en las películas”, dijo.

La seguridad bancaria en Costa Rica llegó en 1990, y fue a partir de ese año que los sistemas se empezaron a volver más rigurosos.

Los asaltos en los bancos eran poco comunes, pero todo cambió entre 1993 y 1994, cuando una banda de venezolanos atacó el país y cometió cuatro asaltos, uno de estos contra un carro blindado. En esos hechos tan violentos asesinaron a tres personas: Rigoberto Guerrero y Edgar Herrera el 10 de marzo de 1994 en el asalto al Banco de Costa Rica en Escazú.

También apagaron la vida de Álvaro Rojas en el peaje de Naranjo en Alajuela, el 26 de mayo de 1994.

Desde ese momento, se han ido modernizando todos los equipos de seguridad, cámaras de vigilancia, y hasta una mayor presencia de oficiales. Esa seguridad no solo ha incrementado en los bancos, sino también en las páginas y aplicaciones.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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