Bambi es un venado bebecito, de aproximadamente tres meses, pero en su corta vida ya le tocó sufrir por culpa de las personas que hacen quemas y causan daños en la naturaleza. Pero, como si eso fuera poco, recomendaron matarlo.
El pequeñito sufrió quemaduras en un 80% del cuerpo y fue rescatado por los bomberos de Santa Cruz, Guanacaste, de un incendio en un pastizal.
El veterinario Gilbert Cavallini, junto a su equipo de trabajo, luchan por salvarlo, pero irónicamente, en los refugios no hay espacio y lo que les dicen es que le apliquen la eutanasia (quitarle la vida).
“Es un venadito macho, nos lo trajo personal del Sistema Nacional de Áreas de Conservación y nos dicen que el lugar para enviarlo es el Refugio de Nosara, pero no tienen espacio. Sugerían la eutanasia (matarlo), pero lo estamos manteniendo acá.
“Está comiendo y tomando bien, sí tiene lesiones, pero no queremos practicar la eutanasia. Me dicen que hay muchos venados decomisados y por eso no pueden recibir más. En lo personal pienso que cuando hay tantos venados decomisados, hay mucha gente con propiedades que estaría dispuesta a recibirlos, no sé de eso, pero tengo muchos clientes con fincas cercadas que perfectamente recibirían venados. Pero la falta de espacio no me parece una excusa para la eutanasia”, sostuvo el veterinario.
Al venadito lo tienen desde el lunes, cuando lo salvaron, y sigue esforzándose por vivir.
“Le estamos haciendo un tratamiento con desinfecciones en la piel con cremas, analgésicos, antibióticos, comida cada dos horas y le estamos tratando los ojos, no tiene úlceras corneales, pero imaginamos que por el humo sí los tiene muy resecos, por medio de fotografías, nuestro oftalmólogo, el doctor Hugo Gamboa, nos envió un tratamiento para aplicarle gotas cada tres horas”, detalló.
Ese equipo de médicos veterinarios tiene toda la fe de que Bambi se recupere y pueda ser libre, de momento lo que más les preocupa es la visión y saben que quizás quede con cicatrices en su cuerpo.
“Aquí lo importante son las secuelas en el sistema respiratorio por la intoxicación del humo y los ojos”, detalló.
Es la primera vez que atienden un venadito víctima de las llamas, pero en otras ocasiones han atendido armadillos, pizotes y mapaches.
El venadito sufrió las quemaduras en Tempate de Bejuco, en Santa Cruz de Guanacaste.
94 hectáreas quemadas
Los bomberos forestales y voluntarios de Paquera, junto con personas de buen corazón, han estado trabajando duro desde el 11 de febrero para controlar el incendio forestal que ha destruido, hasta ayer, 94 hectáreas en Isla Berrugate de San Pablo, en Nandayure (para que se haga una idea, La Sabana mide 72 hectáreas).
Las llamas han afectado bosque primario, así lo explicó Jhonie García, jefe de batallón.
“Estamos haciendo lo posible para evitar que más hectáreas sean afectadas, ha sido complicado por los fuertes vientos, el complicado terreno, así como lo extenso de la vegetación.
“Aprovecho para hacer un llamado para que no hagan quemas de basura, no quemen rondas, ni potreros y no realicen fogatas en las playas. Las fuertes temperaturas y vientos en Guanacaste aceleran que los incendios en vegetación se propaguen rápido”, dijo García.