Una supuesta sala de masajes era el cuentazo que usaba una mujer para ocultar el negocio de prostitución que mantenía dentro de una casa que alquilaba desde hacía varios meses en Los Anonos, Escazú.
El oscuro negocio de la mujer llegó a su fin la tarde de este jueves cuando agentes del OIJ y la Policía Municipal de Escazú cayeron en el local y confirmaron que en la casa había de todo menos un sala de masajes.
Luis Ángel Ávila, subdirector interino del OIJ, indicó que la investigación por este caso se inició en los primeros meses de este año luego de recibir una denuncia confidencial.
“Se indica que en ese lugar se estaban brindando servicios sexuales. Se hizo la verificación, la investigación y el seguimiento, y mediante estas técnicas se logró determinar que efectivamente se estaba utilizando para esos fines”, dijo Ávila.
Los judiciales detuvieron a una mujer de apellidos Castro Aráuz y 32 años, quien era la que alquilaba la casa y, en apariencia, se encarga de ofrecer los servicios sexuales de varias muchachas.
“Castro estaba siendo acompañada por seis mujeres de entre 20 y 30 años, todas costarricenses”, añadió Ávila.
Todo con cita
De acuerdo con la investigación del OIJ la “sala de masajes” trabajaba con citas de los clientes. Se presume que los contactos se hacían por medio de redes sociales.
Los investigadores decomisaron varios aparatos electrónicos, como computadoras, en los cuales esperan encontrar más evidencia de las fechorías de Castro.
En cuanto a las mujeres que estaban en el local, Ávila dijo que fueron entrevistadas por los agentes judiciales, pero indicó que no podía dar más detalles.
“Presumimos que muchas veces este tipo de actividades se promocionan incluso por redes sociales para efectos de ofrecerle un empleo a estas personas y ya estando ahí son sometidas mediante algún método para que se dediquen a los servicios sexuales”, añadió.
Castro fue presentada ante el Ministerio Público.