Rigoberto Vargas Prado, de 63 años, era inseparable de su mamá, doña Arabela Prado Sánchez, y por cosas de la vida fallecieron el mismo día, pero con 16 horas de diferencia.
Doña Arabela tenía 85 años y murió por causas naturales a la 1 a. m. de este martes 2 de noviembre en el hospital San Juan de Dios, mientras que su hijo perdió la vida a las 4 p. m. del mismo día en un accidente de tránsito.
Vargas iba en una buseta, junto con otros familiares, para la vela de su mamita, pero el vehículo se salió de la carretera y cayó en un guindo en La Cuesta de Colorado de Sabanillas, en Acosta, específicamente en una curva de la carretera que comunica a Acosta con Parrita (ruta 301).
“Él era los ojos de mi mamá, nosotros molestábamos a mami con eso, ella nos decía que nos quería a todos por igual, pero la molestábamos diciendo que él era el chineado de ella”, contó Mayra Vargas, hermana de Rigoberto.
El OIJ comunicó que Rigoberto viajaba en el asiente del acompañante.
“Por razones que son investigadas el conductor perdió el control e intentó maniobrar, pero la buseta cayó a un barranco, lo que causó que Vargas falleciera en el sitio”, informó el OIJ.
Además de Rigoberto, en la buseta iban Fredda --esposa de él--, Rigoberto Alberto --hijo de ambos--, Olman --hermano de Rigoberto--, su hijo llamado igual que él y su esposa llamada Ivannia. Además, iba otro nieto de la viejita de nombre Junior y el chofer del vehículo, cuyo nombre no trascendió.
“Todos ellos están hospitalizados, al hijo de Rigoberto tienen que operarlo de la columna, solo a un sobrino le dieron de alta, todos los demás siguen internados porque sufrieron muchos golpes”, dijo doña Mayra.
— Si usted desea ayudar a la familia de don Rigoberto para afrontar los gastos por su funeral puede comunicarse con doña Mayra al teléfono 8985-6927 o por medio de Sinpe Movil al 8715-8955
Estaban por llegar
Doña Arabela tenía varios días de estar internada en el hospital San Juan de Dios porque se cayó y el pasado jueves el doctor llamó a la familia para que se despidieran de ella, por eso Rigoberto, que vivía en Caspirola de Acosta, se fue a pasar los últimos días junto a su mamita.
“Mi hermano vio a mami tan enfermita que no se quiso regresar, por eso se quedó en la casa de un familiar en La Carpio hasta ayer, que ella falleció”, añadió la hermana de don Rigoberto.
Una vez que falleció doña Arabela, su hija Mayra se encargó de todos los trámites. Los restos fueron trasladados hasta la casita de la viejita, en Caspirola, donde la iban a velar, mientras que Rigoberto le dijo a su hermana que él y su otro hermano Olman habían contratado una buseta que los llevara a todos desde La Carpio hasta allá.
— “Le encantaba hacer masamorra y tamal de elote, recuerdo cuando venía con los sacos de elote para toda la familia, tenía unas vaquitas para sacarles leche, también criaba unos chanchitos para ayudarse a salir adelante”, dijo Mayra Vargas, hermana de Rigoberto.
La señora contó que la tragedia ocurrió cuando la buseta estaba a tres kilómetros de llegar a la casa de su mamá.
“Nos avisaron que una microbús se había ido a un guindo, entonces yo me fui al lugar y cuando llegué ya los habían auxiliado unos vecinos de ahí cerca.
“Mi hermano Olman estaba bañado en sangre, yo me asusté muchísimo, pero esa sangre era de la esposa que se rompió la cabeza. No pude ver a Rigoberto, yo gritaba: ‘¡Rigo, Rigo, ¿dónde está Rigo?!’, me decían que ya lo iban a sacar, pero yo sabía que algo le había pasado”, recordó.
Vargas dijo que, al parecer, el accidente habría ocurrido porque a la buseta se calentaron los frenos y dejaron de servir. Además, cree que el chofer pudo perder el control por los huecos que hay en la carretera.
La señora dijo que los vecinos de esa zona tienen semanas de estar quejándose por la condición de la calle donde ocurrió la desgracia.
Juntos para siempre
La familiar dice que ya tenían todo listo para el sepelio de su mamá, pero la tragedia les cambió los planes.
“Nosotros queríamos sepultar a mami este miércoles, pero vamos a esperar a mi hermano (Rigo) que ahora lo traen y mañana (jueves), Dios mediante, haremos la sepultura de los dos juntos, en la misma bóveda donde esta mi papá”, detalló.
— “Esto ha sido demasiado duro para nosotros, jamás pensamos que nos iba a tocar una tragedia como esta, pero esa fue la voluntad de Dios”, dijo Mayra Vargas, hermana de Rigoberto.
Rigoberto, quien se ganaba la vida trabajando en su finquita, en la que sembraba diferentes cultivos y tenía vacas y cerdos, será recordado por sus seres queridos como un hombre muy valiente y pulseador, que siempre puso a su familia por delante de todo lo demás.
“Él siempre fue el hermano que estuvo pendiente de todos, cuando papi estuvo muy mal él venía a ayudarme a cuidarlo, me decía, ‘Mayrita, vaya descanse, hoy le toca dormir a usted’, él siempre estuvo muy pendiente de mami y de papi.
“Lo voy a recordar como una persona muy buena, que le gustaba ayudar a los demás y que siempre estuvo muy pendiente de todos nosotros”.
Vargas contó que su familia necesita de mucha ayuda para afrontar los gastos para el funeral de su hermano, pues muchos de ellos ya habían sacado platita para el entierro de su mamá, por lo que cualquier donación que les puedan hacer llegar será bien recibida.