Sucesos

Sobreviviente de mordedura de terciopelo: “Los Lunes Santos recuerdo que volví a la vida”

La terciopelo mordió a la mujer en un brazo mientras dormía

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Doña María de Los Ángeles López, de 68 años, llora cada vez que recuerda estar viva de milagro luego de que una terciopelo la mordiera en una Semana Santa.

Ella nos contó que este Lunes Santo cumplirá cinco años de que su vida cambió y por más que ella ha tratado de recuperarse, ha sido muy complicado, las secuelas la siguen acompañando, sobre todo en la parte emocional.

Ella era vecina de Turrialba, pero ahora vive en San Rafael Abajo de Desamparados porque está segura que en su casa de ahora no se va a topar con una serpiente.

“Yo a veces lloro todos los días, y cuando me preguntan vuelvo a llorar contando, a veces me despiertan las pesadillas. Vieras que yo pasé una situación muy dura, se murió mi esposo y mi hija, estaban enfermos de cáncer, se me fue uno poco después del otro, gasté mucho en sus medicamentos y en darles calidad de vida el tiempo que los tuve malitos, entonces perdí mi casita y me tuve que comprar, con unos pocos ahorros, otra casa muy humilde allá en La Suiza de Turrialba, ni piso tenía, era de tierra, pero me tocaba volver a empezar”, contó la sobreviviente.

“Machita”, como le dicen sus amistades, asegura que se compró unas gallinas para vender huevos y así empezar a levantarse.

“Yo dormía en el suelo, en una colchoneta, la casa una gran parte era de madera, era una casa que necesitaba mucho amor, pero era lo que yo podía tener en ese momento, una noche estaba yo dormida, un Lunes Santo hace cinco años, cuando yo sentí que algo que me andaba cerca de la mano, pienso yo que moví el brazo derecho duro y sentí algo que me mordió y de inmediato un ardor que yo no le puedo explicar porque ni siquiera una quemadura duele tanto”, relató.

Ella asegura que a como pudo se levantó y prendió la luz, en eso vio la serpiente, no sabía de qué especie era, abrió la puerta y salió corriendo de la casa, pero se sentía mareada y le costaba respirar.

“Así me fui en la oscuridad como 30 metros, pegando gritos y como loca, donde vi que salió una vecina y el esposo, ellos se asomaron por la reja y les grité que me ayudarán porque una serpiente me mordió el brazo, yo soy hipertensa y en ese momento caía desmayada en la callecilla de lastre”, dijo la señora.

Su vecino, según le cuentan, se fue para la casa con un machete y no logró encontrar a la sincejas, revolcó el cuarto y no la encontró, ellos llamaron al 911, pero decidieron subirla al carro y llevarla al hospital.

“Ellos me dicen: ‘Ay Machita, yo pensé que usted estaba muerta porque la vimos tan mal’, el brazo, dicen ellos, que lo tenía muy hinchado, ellos dicen (los vecinos) que yo les dije cómo era la serpiente y supieron que era una terciopelo porque incluso en la finca de ellos varias veces vieron”, contó mientras lloraba desconsolada.

Doña María de Los Ángeles asegura que cuando llegó al hospital le dio un paro y estuvo tan grave que la tuvieron que trasladar a San José.

“Viera la piel de mi brazo, era como si me hubiera quemado el brazo en un incendio, me operaron varias veces y se me hizo una infección y casi, casi me lo amputan, el brazo me quedo feito, pero sigo completa, me cuesta moverlo y todavía siento mucho dolor, viera que revolcadas de dolor, ni cuando dio a luz sentí un dolor así, es que no hay cómo describirlo. La verdad casi casi muero”, dijo.

Ella asegura que tardó casi un año para recuperarse, pero ahora se enfrenta a otras cosas porque ha tenido la presión peor que antes, sufre de pesadillas y problemas para dormir.

“Yo a veces me duermo y pegó gritos dormida, me sueño que la serpiente me está mordiendo, vieras qué terrible, ahora vivo con mi hermana, ella se lleva unos sustos terribles. Por como me quedó el brazo yo perdí mi autoestima, y he trabajado mucho en eso, no me gusta que me tomen fotos, no voy a fiestas ni mucho menos a la playa porque siento feo que la gente se me queda viendo y no falta quién pregunte qué me pasó, ahí con caras feas”, dijo.

Machita asegura que por las gallinas que tenía, las serpientes llegaban a su propiedad, cuando se recuperó vendió la casita y salió huyendo de allá.

“Veo en la tele que dicen que una serpiente atacó a alguien y siento que me muero, y yo soy de esas señoras sensibles que lloran hasta por picar la cebolla, pero qué terrible es una mordedura, yo aunque tengo la esperanza de que aquí no me va salir una, quedé con el trauma de sacudir la cama a todas horas”, dijo.

Este Lunes Santo hará unas empanaditas de chiverre con cafecito chorreado para celebrar sus cinco años de vida junto a su hermana Anita, que ahora es su mayor apoyo.

En Costa Rica, según datos del Instituto Clodomiro Picado, entre 400 y 600 personas al año sufren una mordedura de serpiente.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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