(Videos) Sobreviviente de tragedia en Cinchona dejó a la muerte plantada

Dos paros cardiorespiratorios, las costillas quebradas, los pulmones colapsados, fracturas en el hombro y la pierna derecha y como si fuera poco dos meses en coma fue parte de lo que soportó Gonzalo Peñaranda, sobreviviente de la tragedia de Cinchona.

A este valiente hombre de 74 años lo daban por muerto, los doctores le dijeron a los familiares que se prepararan para lo peor, porque las esperanzas eran mínimas.

Hasta un sacerdote le dio los santos óleos y la familia en medio de tanto dolor le planeó el funeral.

Coordinaron la compra del ataúd y hasta le alistaron el traje entero, así como un sombrero, que le encanta a don Gonzalo, para despedirlo.

Peñaranda es uno de los quince sobrevivientes de aquel fatídico jueves 20 de octubre de 2016, en el que un bus se accidentó en Cinchona y lamentablemente murieron 15 de sus amigos.

En este autobús viajaban treinta pensionados de la Universidad Nacional, así como de la Universidad de Costa Rica y el Instituto Tecnológico. Ellos formaban parte de la Asociación de Funcionarios Universitarios Pensionados y se dirigían a Guatuso, en la zona norte, a un convivio en la Reserva Indígena Maleku, adonde también llevarían víveres.

Bus casi lo deja botado

Don Gonzalo es viudo desde hace siete años y siempre ha sido totalmente independiente. Incluso, ni le contó a sus tres hijas que ese jueves iría a un paseo a la zona norte del país.

"Ese día me cogió un poquito tarde porque el taxi se atrasó, cuando estaba llegando al Correo, dónde salía el bus, este ya iba caminando, entonces le dije al taxista que le pitara para que se detuviera", recordó Peñaranda.

Él saludó en general a todos sus amigos y caminó hasta los últimos asientos, donde quedaba campo.

Don Gonzalo dice que aún tiene grabado en la memoria cuando pasaron a desayunar y luego solo recuerda cuando el bus caía en el guindo.

"Los que iban adelante dicen que el chofer les dijo "agárrense", yo no oí nada por ir atrás, unos dicen que el chofer se quedó con la palanca de los cambios en la mano, también dicen que lo tiró contra un paredón y luego al bus se le abrieron los laterales", mencionó.

Don Gonzálo no recuerda cuántos minutos quedó dentro del bus despedazado, pues estuvo inconsiente, pero cuando reaccionó solo acató en salir.

"Cuando salí vi a una compañera en la carretera y quise como acercarme a ver quién era, en ese momento un muchacho de la Cruz Roja le tiró una sábana", contó don Gonzalo.

Logró pedir ayuda

"Seguí caminando unos cinco metros, vi las ambulancias y comencé hacer señas, vi cuando llegó el helicóptero, un muchacho se acercó a mí y luego caí", expresó Peñaranda.

El pensionado cayó porque había sufrido un paro cardiorespiratorio. Debido a esa condición lo mandaron en un vuelo ambulancia hasta el hospital México.

Al centro médico entró inconsciente, luego reaccionó y pidió ayuda; sufrió un segundo paro y entró en coma.

Triste llamada

Ivannia Peñaranda, hija de don Gonzálo, estaba viendo las noticias cuando se enteró del accidente, hasta ese momento no sabía que su papá estaba entre los accidentados.

"No sé porqué me afectó tanto cuando vi que era tanto adulto mayor, tantos muertos, solo decía "porecitos". Me llamó mi hijo y me contó que papá andaba en ese paseo y tuvo el accidente, me agarró un escalofrío y solo preguntaba si estaba bien", recordó Ivannia.

Esta hija junto a sus hermanas tuvieron que sacar fuerzas de donde no tenían, su papá estaba en Cuidados Intensivos lleno de mangueras.

Sin embargo, después de oraciones, llanto, tristezas y dos meses de espera la felicidad volvió, don Gonzalo abrió los ojos y poco a poco comenzó a reaccionar.

No fue nada fácil porque don Gonzalo quedó como un bebé, no podía comer solo, casi no podía sostenerse, tuvo que aprender a caminar de nuevo.

Pero en enero de este año volvió a caminar con un bastón, sus familiares señalan que es un hombre valiente, con mucho empeño, nunca se queja y sobre todo guarda con cariño el recuerdo de sus seres queridos que fallecieron.