Han pasado tres años desde el terrible accidente en Cambronero, donde un deslizamiento arrastró un bus y una motocicleta al vacío, dejando nueve personas fallecidas y 25 heridas.
Sin embargo, para los sobrevivientes y familiares de las víctimas, el dolor no solo se mantiene vivo, también se acompaña con un sentimiento de abandono e injusticia.
En aquel fatídico 17 de setiembre de 2022, la carretera entre San Ramón y Esparza no estaba cerrada, pese al riesgo que representaban las fuertes lluvias.
El bus que viajaba hacia Bolsón fue sorprendido por un deslizamiento que lo lanzó a un guindo junto con una motociclista.
“Esta tragedia solo pasó y no se hizo nada”
Adriana Obando, sobreviviente del accidente, recuerda cada detalle con dolor. Ella sufrió fractura de mandíbula, dos costillas quebradas y múltiples golpes.
Su padre, Adilio Obando, casi pierde la oreja derecha, y aunque los médicos lograron reconstruírsela, hoy tiene serias dificultades para escuchar.
Un tío de Adriana también resultó gravemente herido, y ahora el señor, constantemente, vive con la sensación de que cae al vacío.
“Esta fue una tragedia que solo pasó y no se hizo nada. Uno sabe que fue algo de la naturaleza, pero existía una póliza del bus, y la empresa se declaró en quiebra. Había una póliza vigente al momento del accidente y nunca se aplicó. Muchos lesionados seguimos con secuelas, algunos adultos mayores, como mi papá y mi tío”, contó Adriana.
Ella asegura que debió volver al psicólogo, pues no logra superar el trauma.
“No puedo subirme a un bus sin revivir lo que pasó, pasar por el sitio me provoca terror. Me tocó ir al funeral de una tía y esa era la ruta, fue difícil”.
Otra de las sobrevivientes fue tajante en la decepción que siente.
“En este país los accidentes de tránsito siempre quedan con la justicia a medias. Esto fue noticia de un día, y después quedó en el olvido. Solo quienes lo vivimos sabemos el dolor que arrastramos. A veces, ni para un medicamento alcanza, y había una póliza. En este país las víctimas en carreteras permanecen silenciadas”, dijo la señora.
Obstáculos legales y silencio
El abogado Juan José Acuña, representante de las víctimas, confirmó que el caso sigue estancado.
“Necesitamos acceso a los informes y expedientes de la comisión legislativa que investigó el asunto, pero no hemos recibido la colaboración necesaria”, indicó.
Además, comentó que el INS nunca quiso indemnizar más allá del SOA (seguro obligatorio de accidentes) y la empresa de buses al inicio mostró disposición, pero luego dejó de colaborar.
La causa contra el conductor del bus terminó en un sobreseimiento, algo que no molestó a los sobrevivientes, pues el interés principal era que la póliza se activara para cubrir las necesidades médicas y económicas de los afectados.
La Teja consultó a la Fiscalía sobre el estado actual del caso, pero al cierre de esta nota no dieron respuesta.
Nueve vidas perdidas
Las víctimas mortales de la tragedia de Cambronero fueron:
- Juni Cristina Mayorga Díaz, 54 años
- Jenny Gómez Jiménez, 51 años
- Zeneida Farista Castro, 61 años
- Andrey Calderón Olmazo, 22 años
- Kevin Andrés Bolaños Sancho, 21 años
- Vernis Enrique Fallas Salas, 66 años
- Bernon Nain Brown Naranjo, 50 años
- José Alberto Guido Hernández, 44 años
- Víctor Julio Zúñiga Espinoza, 64 años
Una herida abierta
Para los sobrevivientes y familiares, cada aniversario de la tragedia es un recordatorio de que la justicia nunca llegó. Lo que ocurrió en Cambronero dejó cicatrices físicas y emocionales que aún no sanan. Hoy, los afectados temen que el caso termine convertido en un expediente olvidado en un escritorio, sin respuesta ni reparación.