La oficial del Servicio Nacional de Guardacostas Meylin Quirós Tenorio es una supermamá, ella celebrará este sábado el Día de la Madre navegando la frontera norte del país como parte de los operativos por la pandemia.
Esta valiente y luchadora mujer nos contó que ella se siente muy orgullosa de su trabajo, y aunque ama con locura a su hija, Keisi de 7 añitos, asegura que este es momento de servir porque ese el compromiso que ella adquirió con la patria.
Quirós tiene 30 años de edad, y trabaja desde hace 11 años y ocho meses como guardacostas.
Ella es una de las tantas mujeres policías que con su durísimo brete en las fronteras no solo están evitando la entrada de extranjeros ilegales al país, también combate la delincuencia.
Meylin está en la frontera con Nicaragua desde que empezó la pandemia, antes de eso llevaba ocho años en la Academia Nacional de Guardacostas, en Quepos, y realizaba distintas funciones; sin embargo, ahora nuevamente anda en una de las embarcaciones.
“A mí me encanta estar en Guardacostas, eso era lo que yo siempre soñé, sí, es muy duro, pero uno siempre puede lograr lo que se propone, yo seguí los pasos de mi papá, Carlos Quirós Pérez, que tiene 29 años de ser oficial de Guardacostas, y ahora mi hija dice que ella también quiere serlo, para mí no hay nada más lindo que el mar y navegar”, dijo la valiente mamá.
Quirós vive en Costa de Pájaros, Manzanillo, cuando trabajaba en Quepos tardaba cinco horas para llegar, pero ahora que está en la zona norte, dura un poquito menos porque la Policía se encarga de ayudarles con el traslado.
Ella trabaja en jornadas de seis días seguidos, esta semana entró a trabajar el miércoles y sale el próximo martes, por eso hasta ese día recibirá las tarjetitas que su hija con tanto amor le hizo a ella y a la abuelita por el Día de la Madre.
“Lo más duro es separarme de mi hija tantos días, pero mi mamá la cuida y es así desde que tiene dos meses de nacida, pero cuando regreso a casa tratamos de recuperar todo ese tiempo juntas. Todos los días hablamos por teléfono varias veces, ya ella aprendió a escribir te amo, entonces a cada rato me lo escribe y me lo manda por mensaje, ella ha sido una niña muy valiente y se siente orgullosa de mí”, contó.
Muchos policías pasan caminando durante horas por las zonas montañosas fronterizas por donde los extranjeros tratan de entrar a suelo tico, el brete de Meilyn es diferente, ella anda en una de las embarcaciones de Guardacostas evitando que los extranjeros ingresen por agua.
“A veces se ven las embarcaciones con extranjeros donde vienen, pero ellos al vernos se regresan, los operativos de los últimos días han sido más tranquilos, yo estoy ahorita en la estación de Murciélago y de ahí salimos a recorrer Isla Salinas, andamos por todo lado”, dijo.
Asegura que estar bajo el fuerte sol durante tantas horas es agotador, además de que les toca andar abrigados para evitar sufrir fuertes quemaduras, otras veces les toca en la noche y el frío es terrible, además del viento.
“Tenemos que estar muy atentos de cualquier movimiento en aquella oscuridad, pero es un trabajo que uno ama. A veces es un poco incómodo para una como mujer ir al baño porque la embarcación se mueve para todo lado y tiene un servicio que está solo como puesto, pero uno siempre se la juega y eso no es nada”, contó la puntarenense.
Ella asegura que todavía no le ha tocado tener que pegarse una troleada por montaña, pero en el momento que le toque está lista para hacerlo.
“Yo me siento muy feliz de que me mandaron aquí porque es mucha la experiencia que estoy adquiriendo y la verdad, a mí me esto me hace sentir plena”, dijo.
Confiesa que son poquitas mujeres, solo tiene dos compañeras en Quepos.
Agrega que su mamá es la que más se preocupa por ella.
“Ella siempre me pasa diciendo que me cuide y se preocupa mucho, pero gracias a Dios hasta el momento no me he enfermado, y no me han tenido que hacer la prueba”.
Esta mamita asegura que ella hace su mejor esfuerzo junto a sus compañeros y se siente muy orgullosa.
"No sabemos cuánto tiempo más va durar esto, pero aquí estamos dando lo mejor, para nosotros las fechas especiales deben esperar un poquito porque sabemos cuál es nuestra misión y somos felices", dijo.
A la oficial le encanta ir a la playa con su hija cuando está libre, aunque ahora salen poco por el coronavirus. Meylin ansía volver a casa para abrazar muy fuerte a su valiente pequeña y celebrar el Día de la Madre.
“Estoy sirviendo con honor”, dijo con orgullo.