Doña Seidy Astua, de 55 años, y su esposo Hugo Serrano, de 66, viven una pesadilla porque dos mujeres, aparentemente, se aprovecharon de su confianza para robarles una platita que recibieron por una póliza por un accidente de tránsito.
“Todo esto ha sido tan duro. Yo le dije a mi esposo que ya perdimos el dinero, pero lo que importa es que las agarren, para que no sigan haciendo daño a nadie más”, dijo Astúa.
Hace tres meses doña Seidy denunció, en el OIJ de Cartago, a una de las sospechosas, de apellido Wattson y por eso la Policía Judicial ha publicado en redes sociales la foto de ella para tratar de hallarla.
Sobre la otra sospechosa, doña Seidy explicó que no pudo denunciarla debido a que no conoce su nombre completo, pues siempre se presentaba como “Marce”.
Sin embargo, Astúa dice que precisamente esta semana recibió información de otro hombre que, al parecer, también fue estafado por Wattson y Marce, por lo que ya le pasó los datos al investigador del caso.
Gatito las puso en contacto
Doña Seidy conoció a ambas mujeres hace poco más de dos años, cuando estas la contactaron para adoptar un gatito que ella había rescatado de las calles.
“Luego de eso me mandaron una foto enseñándome que le habían comprado de todo al gato, entonces ahí se empezaron a ganar mi estima”, dijo la señora.
Con el tiempo se convirtieron en amigas cercanas y Astúa asegura que nunca sospechó nada pues ellas más bien pasaban regalándole cosas.
“Me regalaron un tele, a mis gatos les llevaron un montón de juguetes. Una vez se me perdió la cartera y nos quedamos sin la plata para la comida y ellas se dieron cuenta y en esa misma semana me trajeron un montón de comida”.
— "Ellas se ganaron tanto mi confianza", dijo Seidy Astúa.
La señora asegura que Wattson le dijo que trabajaba en la embajada de los Estados Unidos y que Marce le confirmó que laboraba para la Interpol.
Ofrecieron ayuda
Según Astúa, cuando las mujeres se enteraron de que su esposo estaba peleando por el pago de la póliza por el accidente que ocurrió hace tres años, de la nada les empezaron a hablar de una situación muy similar.
“Marce me contó que ella tuvo un accidente de tránsito hace muchos años y que el INS solo le pagó ¢200 mil, pero que devolvió la plata porque eso no era lo que le tocaba, entonces tuvieron que pagarle lo que le correspondía y que le depositaron como ¢15 millones.
“Les conté que nosotros también estábamos peleando por algo parecido con mi esposo y yo peleé para que se la pusieran (la póliza) y seguro ellas se dieron cuenta de eso”.
Doña Seidy dijo que al final su esposo recibió una platita por la póliza, pero las supuestas amigas les habrían dicho que no la tocaran, pues ellas podían ayudarles a que les dieran lo que realmente les correspondía porque, supuestamente, aseguraron que tenían una persona de confianza en el INS que les ayudaría con el trámite.
“Fuimos al INS a buscar al amigo de ellas, pero dijeron que el señor estaba ocupado y dijo que mejor hiciéramos el trámite nosotros, yo me la creí y no pregunté nada, no sé qué fue lo que pasó, pero con esto fue como si nos hubieran puesto algo para cegarnos”.
En marzo de este año, supuestamente, Marce acompañó a don Hugo en dos ocasiones a un banco para que él retirara la platica y se la diera a ella, para que pudiera devolverla al INS y continuar con el trámite.
— “Yo digo que algo nos echaban en la comida porque yo ahorita siento como si me hubieran quitado una venda de los ojos”, dijo Seidy Astúa.
No existía nada
Pocos días después, en apariencia, las mujeres les dijeron a la pareja que el contacto que supuestamente tenían en el INS los estaba estafando con la plata que le dieron, por lo que ellas se iban a poner detrás de eso para ayudarlas.
Según Astúa, siempre la cuenteaban con que el trámite ya estaba a punto de salir.
“Le dije a mi esposo que fuéramos al INS a averiguar y para nuestra sorpresa nos dijeron que no existía ningún expediente, ahí nos dimos cuenta que todo fue una estafa, una mentira”.
Según doña Seidy, ella le escribió a Marce para que le devolviera la plata, a lo que ella le habría respondido: “Para hacerlo tendría que ser con la orden de un juez”.
Astúa dijo que le pareció tan extraño como ellas se enteraron del caso de su esposo, que incluso pensó que le pusieron una cámara o un micrófono al tele que les regalaron, el cual despedazó por si acaso.
Doña Seidy contó que también fue contactada por un investigador del OIJ de San José que lleva al menos dos casos de estafa que, aparentemente, también estarían relacionados con las dos mujeres.
Gracias a Astúa, el OIJ pudo publicar la foto de Wattson, pues la pareja tenía un video de ellas dos.
Según la señora, Wattson y Marcen pasaban, supuestamente, mandándoles fotos, pero rápido las borraban del WhatsApp, como para no dejar evidencias.