El taxista Rosbill Argüello Badilla puede rajar que está contando el cuento después de que un hombre lo llevó encañonado hasta una solitaria calle en Alajuelita, con el aparente fin de matarlo y dejarse su nave.

Desde ese día, Argüello, quien es candidato a regidor en Gúapiles, asegura que le da mucho miedo manejar su taxi después de las 5 de la tarde, por lo que a esa hora jala para su casa.

Rosbill nos contó que a mediados de diciembre estaba trabajando en el centro de Guápiles, ese día había quedado con su hija en hacer oración porque el tiene 23 años de no tomar.

“Llegó un muchacho con buena pinta, bien vestido y buena colonia, le dijo a otros hombres: ‘me voy con él’. Y me dice: ‘señor usted me puede llevar a La Sabana’ (San José). Yo me emocioné porque era un buen viaje y esto está malo, ya contaba yo con la platita”, dijo el taxista.

Argüello asegura que cuando iban por el puente de Toro Amarillo el cliente hizo una llamada, pero hasta después fue que él reaccionó.

“El muchacho le dijo al que llamó: ‘ya tengo el carro, pero necesito que me ayuden para que le arreglen el aire acondicionado’. Y claro, luego me cayó que era que quería que alguien lo esperara allá”, relató.

Cuando Rosbill entró a paseo Colón tomó unas fotos de las luces y la decoración de Navidad y se tomó un selfie y en ese momento vio que el cliente se asustó al verlo tomarse fotos, más que las estaba compartiendo, el pasajero corría la cara a la derecha para evitar salir en las imágenes.

“Le dije que le cobraría ¢40 mil por el viaje y me dijo: ‘no se preocupe que aquí tengo todo esto para pagarle’ y me sacó la pistola y me la puso en el estómago. Yo en ese momento dije hasta aquí me la prestó Dios y me dijo que siguiera hacia La Sabana.

"Ya era de noche, entonces me metió en una calle que va de La Sabana para Alajuelita, yo llevaba el Waze y vi que ya en Alajuelita me tiraba para una calle sin salida”, dijo.

Al taxista lo llevaban para Tejarcillos.

“Yo pensé: ‘si me meto en esa calle este me mata, me tengo que tirar del taxi’. Le dije que íbamos mal y él empezó a ver para todos lados por el retrovisor y yo aproveché, puse el carro en neutro, me quite el cinturón y me tiré antes de que sonara el pito que avisa que uno va sin cinturón”, recordó.

El miembro de la fuerza roja cayó de jupa a la calle, dio vueltas y mientras su taxi seguía sin chófer, a él casi lo atropella otro carro.

“Los muchachos que iban en el carro que casi me maja me gritaron que si está loco y yo les dije que me estaban asaltando. Me lastimé todo el hombro y ellos me juntaron y llamaron a otras personas.

"El hombre ese (asaltante) cuando yo me tiré me dice: 'se salvó que no me lo eché antes hijuep....”, relató el hombre de 54 años.

Con antecedentes

El afectado y los lugareños se fueron con varios palos a tratar de detener al sospechoso, pero ya se había llevado el celular, la maría, las monedas y ¢15 rojitos que se había ganado en el día.

“El hombre se escapó por el charral y la Policía monto un operativo para tratar de encontrarlo, pero fue imposible. Entonces me pidieron que viera unas fotos y ahí vi al que me asaltó y casi me da algo cuando me dijo el oficial que el sospechoso está involucrado en el homicidio de otro conductor y que lo están buscando”, comentó.

El hombre que lo asaltó sigue en fuga.

El taxista asegura que los oficiales lo escoltaron hasta La República, en Calle Blancos y de ahí él se fue hasta Guápiles con un miedo terrible.

Argüello asegura que a él lo que lo salvó fue la bendición de su hija Daniela.

“Cuando yo la llamé y le dije que no iba a la oración porque me salió ese viaje ella me dijo: ‘que Dios lo acompañe’, y me acompañó, porque por poco ya estaría enterrado, todo por ganarme esa platita”, dijo el hombre que anduvo 75 kilómetros con el maleante.

En Guápiles este taxista es todo un personaje pues ha sido Policía, corresponsal de un medio de comunicación, presidente municipal en el 2006 y ahorita está en una de las papeletas.