Sucesos

Taxista atacado por mujer despechada: "Nunca me amenazó, me soltó el balazo de una vez"

Edie Vargas asegura que los compas le dicen que está loco por seguir en el oficio

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Al taxista Edie Vargas Fonseca le satisface que la mujer de apellido Murcia que intentó matarlo y le disparó a él y a otro hombre vaya a estar presa 24 años. Eso le alivia.

Asegura que si los jueces la hubieran dejado libre sería un riego para quienes llegaran a estar cerca de ella.

“Esa condena la tienen bien merecida porque una persona así no debería estar suelta por consideración a la humanidad, lo que me hizo a mí se lo podría hacer a cualquier otra persona. Lo que me hizo me marcó para siempre no solo físicamente, sino también psicológicamente”, asegura.

El ataque fue la noche del 15 de enero de este año en Pérez Zeledón. Ese día la mujer viajó desde San José motivada por el despecho que sentía de que su exnovia la hubiera dejado para iniciar una relación con un hombre.

Vargas recuerda perfectamente todo lo que pasó el día de ataque y dice que a veces aún se escalofría al recordar lo cerca que estuvo de la muerte.

“Ya era de noche y yo estaba en la parada de Musoc, en el centro de Pérez; ella llegó y me preguntó cuánto le cobraba por llevarla a Pejibaye y le dije que ¢20 mil, ella me dijo que estaba bien y se montó al taxi.

“Yo le dije que necesitaba que me diera de una vez al menos la mitad de la plata para echarle gasolina al carro y ella me dijo: 'Vea, yo me vengo bajando del bus porque tuve una cita en el hospital San Juan de Dios y no ando plata. Ya hablé con mi mamá y cuando lleguemos a la casa, ella le va a pagar el viaje.

La mujer le había dicho al taxista que la mamá vivía cerca del colegio de Pejibaye, pero cuando llegaron a ese punto Murcia le pidió que siguiera y siguiera y entonces Vargas le dijo que tendría que cobrarle más y la pasajera respondió que no había problema.

“En un momento me dijo que ya habíamos llegado y me señaló donde supuestamente estaba la casa de la mamá y me dijo que pitara para que saliera. Mientras tanto ella se fue a orinar en una orilla de la calle.

“Ya en ese momento yo estaba sospechando que algo estaba raro. Después ella se acercó por el lado del chofer y me dijo que tocara el pito otra vez y en eso vi venir una moto y me asusté. Ella (Murcia) como que se escondió detrás del carro para que el motociclista no la viera, pero ya después la moto pasó y yo me quedé como tranquilo.

“La mujer esa me preguntó si estaba asustado y yo le dije que no, que porqué iba estar asustado y me dijo que volviera a tocar el pito y cuando volví a ver donde supuestamente estaba la casa de la mamá sentí el bombazo. Ella nunca me amenazó, me soltó el balazo de una vez en el hombro derecho".

El taxista recuerda que luego del primer balazo Murcia trató de soltar otro plomazo, pero la pistola se le encasquilló.

Entonces Vargas se tiró al suelo y agarró dos piedras con las que pretendía defender su vida. Murcia le apuntó de nuevo y le disparó unas cuatro veces, pero el chofer tuvo tan buena suerte que no le pegó.

“En eso ella se subió al taxi y trató de arrancarlo y mientras batallaba para encenderlo yo salí huyendo. Ese carro arranca con un botón y como no lo encontró lo que hizo fue robarse una plata, mi celular y despedazó el radio. Después se fue a buscar a las dos personas con las que se quería sacar el clavo”, aseguró.

Según la Fiscalía, Murcia llegó a la casa en la que estaba su exnovia con el nuevo novio y disparó varias veces sin herir a nadie, después de eso se adueñó una moto y huyó, pero a los tres kilómetros la Policía la agarró.

El conductor dice que tiene apenas ocho meses de ser taxista, pero más de 20 años de ser chofer de camiones.

“Uno recibe opiniones de todo el mundo, los mismos compañeros me dicen que soy muy valiente o muy loco para seguir en este trabajo. Pero diay, aquí estoy, uno se pone un poco nervioso, sobre todo en la noche y dependiendo de a dónde le piden los clientes que los lleve. Es un trauma un poco difícil de superar, pero siempre uno se encomienda a la Santísima Trinidad.

“Yo estuve incapacitado un mes y todavía no estoy bien, tengo en el brazo derecho una movilidad de un 20% nada más, por eso estoy recibiendo terapia física, para ver si mejoro en algún tiempo.

Vargas dice que desde el día del sustazo trató de poner más cuidado a las personas que le piden viajes porque no quiere otra experiencia como la de enero.

“Yo me siento tranquilo de saber que esta mujer va a estar presa bastantes años, porque así se que no me la voy a encontrar por ahí. Es lo mejor para todos”.

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