Sucesos

Terciopelo le sigue arrebatando la paz a ama de casa

Ataque ocurrió hace seis años en Turrúcares de Alajuela

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Cada vez que el invierno llega, las primera lluvias solo traen una cosa a la casa de doña María de Los Ángeles Herrera de 55 años: miedo.

Ella es sobreviviente de una mordedura de terciopelo hace seis años, el 9 de mayo del 2017, para ser exactos.

Doña Marielos, como le dicen de cariño en su casa, vive en Turrúcares de Alajuela y asegura que la serpiente la marcó para toda la vida.

“Yo vivo en una quinta que nos dio mi papá y aquí la gente de Turrúcares sabe que hay serpientes, por eso uno trata de tener el zacate bien chapeado para evitar, pero yo creo que esto ya estaba para mí”, dijo la señora.

“Nosotros tenemos un gallinero con bastante aserrín para que las gallinas se mantengan calientitas, porque son ponedoras, aquí es muy caliente, pero en el invierno se vienen sus aguaceros muy fuertes, ese día era lo que uno dice un diluvio, yo estaba limpiando y teníamos un clóset que estaba sin nada, yo corrí la puerta para abrirlo y en eso solo sentí algo caliente en la pierna derecha, como si me hubiera quemado”, contó.

Herrera relata que ella no aguantó el susto.

“Mi reacción es ver y donde yo vi la serpiente, caí desmayada. Yo hasta hoy no le puedo decir cuánto tiempo pasé tirada ahí, pienso que no fue mucho, porque me hubiera muerto”.

La muchacha que le ayudaba a doña Marielos en la casa y el esposo se percataron que ella estaba durando demasiado y no regresaba, pensaron que se había ido sin sombrilla y no podía pasar, por lo que los dos se fueron a buscarla.

“Ella (la muchacha que le ayudaba) cuenta que cuando entró al gallinero y me vio tirada, pensó que yo estaba muerta, en eso el esposo le dijo, ‘no se mueva, porque hay una terciopelo hembra, como de metro y medio’”, recuerda.

Su esposo la espantó, la subieron al carro y pidieron ayuda por teléfono para que una ambulancia los topara.

En una ambulancia la trasladaron al Hospital San Rafael de Alajuela.

“A mí me quiso dar un infarto, un paro, yo padezco de la presión y dicen que eso hizo que el veneno se disparara por el cuerpo más rápido, cuando yo me desperté en el hospital, yo daba gritos como una loca, recordando lo que me había pasado y mi estado era grave”, relató.

Cuando uno de sus hermanos llegó al hospital, le dijeron que la tenían que mandar a San José, porque tenían que cortarle la piernita.

“Yo un año y medio antes de que me pasara esto, me atropelló un señor que iba en moto y me dejó mal, sufrí hasta una fractura de cadera y pasé meses en cama, además me había quebrado la clavícula y un brazo, en la caída perdí un pedazo de carne de la cara, un cicatríz que me quedó para siempre, pero pese a todo eso que me pasó, la mordedura de la serpiente es el dolor más terrible que he pasado en toda mi vida”.

Ella asegura que la pierna se le puso negra y le suplicó a los médicos que no se la cortaran.

“Me la salvaron, estoy viva de milagro y completa, pero chueca, porque me tuvieron que operar muchas veces para quitar la carne mala, que además olía horrible y hasta me pusieron un pin”, relató.

Doña Marielos pasó más de un año en el proceso de recuperación y asegura que quedó muy mal de la presión y de la circulación.

“A veces las piernas se me hinchan mucho, me da tanto dolor que yo me siento muy triste y vivo con un miedo constante de que algo así me vuelva a ocurrir, cuando llueve demasiado en mi casa no me dejan sola”, dijo.

La señora pidió no ser fotografía durante la entrevista, que se realizó el 5 de mayo pasado, en el Hospital San Juan de Dios, donde andaba en una cita.

Ella asegura que no ha logrado superar lo que le pasó. Incluso, su familia la ha ayudado con tratamientos caros para mejorar la circulación y todo parece inútil.

“Yo no voy a fincas, a veces me invitan los vecinos y yo les digo que mejor luego, siempre ando en botas, porque no hubo psicólogo que me ayudara superar esto, me mantengo lejitos de la tecnología, porque saber que a otras personas las mordió una terciopelo, me provoca problemas severos de ansiedad”.

El Instituto Clodomiro Picado informó que las terciopelos pueden encontrarse en el Caribe, en la zona norte, en el Pacífico Sur y Central y son consideradas de las sin cejas más peligrosas.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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