Sucesos

Testigo en juicio por perrita ahorcada: “(Dueños) estaban fríos, no se veían afectados”

Caso ocurrió el 21 de setiembre del 2017, en La Guácima de Alajuela

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Paúl Solís, agente del OIJ pensionado, fue uno de los testigos en el juicio de una perrita que ahorcaron en el 2017. Él manifestó que no percibió dolor en los dueños del animalito por lo que ocurrió.

El debate, que se realiza en los Tribunales de Alajuela, inició este martes 8 de febrero luego de una espera de cuatro años y cinco meses.

El primero en declarar en el caso de crueldad animal fue el encargado de la Asociacion para el Bienestar y Amparo de los Animales (ABAA ) Juan Carlos Peralta, quien narró que cuando ellos trataron de intervenir, ya la perrita, que se llamaba Jazmín, había muerto.

Peralta espera que está vez la justicia no le falle, pues lleva demasiado tiempo esperando.

“A otro de los grupos de rescatistas les avisaron del caso, la perrita había llorado toda la noche y cuando logramos llegar ya estaba muerta, fue una escena desgarradora porque a la perrita la dejaron amarrada con una cadena muy corta, entonces ella no se podía sentar y ni se podía echar, por lo que luchó por su vida, pero al cansarse se ahorcó, estaba amarrada a una tapia”, narró Peralta.

Este caso se dio el 21 de setiembre del 2017, en La Guácima de Alajuela.

Don Juan Carlos nos contó que Senasa se llevó a la perrita y le hizo la autopsia.

“Murió de estrés, angustia, desesperación y dolor por estar amarrada con esa cadena de 30 centímetros, era una zaguatica que esa pareja había rescatado”, dijo el defensor de los animalitos.

ABBA quiere que además de dos años de cárcel, se establezca una acción civil contra la pareja de apellidos Espinoza y Zúñiga.

Por su parte, Solís contó que cuando llegó a atender el caso, vio desde una ventana al animal y que los dueños (imputados) no se impusieron cuando les dijeron que se llevarían los restos de Jazmín para determinar qué le había pasado.

Solís aseguró que una de las cosas que le llamó la atención fue de que los dueños de los perros, aunque se veían buena gente, no reaccionaron por lo que le pasó a la mascota.

“Estaban fríos, no se veían afectados porque el perro falleciera, no vi eso de una persona que está encariñada con un animal, no les percibí ese sentimiento”, dijo el exinvestigador.

Lo que sí conmovió al judicial fue ver la reacción del pueblo, que estaba muy consternado por lo ocurrido.

“La perrita no podía poner las manitas en el piso y trató de subir a la tapia, pero no pudo”, dijo.

Por su parte, Peralta dice que en la misma casa donde vivía Jazmín había otros perros que fueron decomisados por Senasa después del lamentable hecho.

“Vamos a esperar hasta el final, ojalá en este caso sí se haga justicia por la perrita, este es el primer caso de crueldad animal que se denunció, esperamos una sentencia justa”, dijo Peralta.

El juicio se retomará el 17 de febrero con las conclusiones y se espera que ese mismo día dicten el fallo.

La pena por crueldad animal va de tres meses a dos años de cárcel.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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