Sucesos

Trabajador con discapacidad perdió placas de “cuadra” por ir a hacer un mandado cerca

Germán Rodríguez al final tuvo que pagar ¢150 mil por trámites,

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A Germán Rodriguez le hicieron un parte por andar en su cuadraciclo un día en el que podía hacerlo.

Él tiene una carta que certifica que padece una discapacidad y la enseñó, pero aún así tuvo que pagar ¢150.000. Hasta el jueves recién pasado recuperó las placas... después de esperar poco más de dos meses por una cita en Cosevi.

Germán, de 42 años, tiene problemas para caminar.

Su vida cambió el 8 de agosto del 2010, cuando salió de su vivienda (cerca de la entrada a San Felipe, en Alajuelita) para ir a tomarse unas birritas con amigos.

Iba por las cercanías del Liceo de Alajuelita cuando dos hombres en una moto lo interceptaron, uno le gritó que era un asalto y le pidieron la jacket. Él trató de quitársela, pero se le quedó pegada en el reloj, y entonces uno de los maleantes le disparó en la frente y cuando Germán cayó al suelo lo balearon de nuevo.

Mientras llegaba la ambulancia buscaron a un paramédico que vive cerca y quiwn le dio 40 minutos de maniobras de resucitación.

Sufrió convulsiones, sangrado de boca y oído, perdió masa encefálica, estuvo en coma 22 días. No le daban esperanzas, pero logró salir adelante aunque quedó con una paralisis que le impide caminar.

Tuvo la oportunidad de incapacitarse por el resto de su vida, pero decidió seguir trabajando y ahorita lo hace para una empresa de La Uruca.

Al no poder caminar su cuadraciclo es como su silla de ruedas. Asegura que cuando lo compró no sabía que podía pedir una placa de discapacitado y librarse de varios impuestos. Cuando fue por esa placa le dijeron que debía comprar un vehículo nuevo, pero ya él no podía.

Eso sí, cuenta con una carta certificada por la CCSS en la que se indica que tiene discapacidad y que está amparado por la Ley 8444 (ley reguladora de todas las exoneraciones vigentes, su derogatoria y sus excepciones).

El 7 de abril de este año Germán se percató de que necesitaba alcohol para inyectar a su mamá diabética y decidió salir en el cuadraciclo. Iba a 200 metros de su casa.

“Ese día mi placa no salía, yo era consciente, pero yo andaba la carta, cuando llevaba cincuenta metros me paró un oficial de la Policía Municipal y me pregunta ’caballero, ¿qué anda haciendo?’; le digo ’necesito ir a ese súper para comprar alcohol, sé que tengo restricción, pero mi discapacidad no me permite caminar esa distancia’, y le digo que tengo la carta.

“Me dijo que iba a llamar a un tráfico para ver qué se podía hacer, entonces me dijo que lo siguiera y me llevó hasta la Municipalidad de Alajuelita, donde había un operativo”, relató.

Asegura que cuando llegaron el tráfico le preguntó si sabía que el país estaba viviendo una emergencia.

“Le dije que sí y le expliqué todo de nuevo, me quité el casco para que viera la cirugía que tengo y le saqué la carta que me respalda. ¿Puede creer que ni quiso verla?, me bajó la placa y me hizo el parte. En ese momento casi me descompongo, me sentí muy mal y muy agüevado de que no quisiera ni leer la carta. Yo no andaba en la calle porque quería sino por una necesidad”, dijo.

Al final un amigo de Germán le hizo la vuelta y le ayudó a conseguir el alcohol.

“Al día siguiente me fui para el Cosevi y le dije al guarda que quería apelar un parte y me dijo que todo era virtual, me dio una hoja y yo mandé el correo desde mi casa. Después de eso me dieron la cita para dos meses y resto después; gracias a Dios un compañero del trabajo vive cerca y él me jaló todos los días porque yo no puedo viajar en bus sin ayuda y un taxi me cobra seis mil colones por viaje”, dijo.

Germán asegura que fue a la cita y que quien lo atendió le dijo que no encontraba el correo enviado por él aunque él tenía una copia. Bueno, le dieron chance de ir a su casa para volver a mandar el correo y regresar al día siguiente.

“La señora que me atendió me dijo otra vez que mi apelación no llegó, yo le conté todo lo que pasó y me dijo ’lo siento, tiene que pagar porque no encuentro nada’. Y se sentó en que tenía que pagar y así fue, ciento cincuenta mil me cobraron por todo”, dijo.

Afirma Germán que sintió discriminación, pero que por suerte en el Registro, para devolverle la placa, lo atendieron mejor de lo que esperaba.

“Yo quise contar lo que me pasó y no quedarme callado porque me siento indignado. El ministro un día en la tele dijo que las personas con discapacidad estamos entre las excepciones, hoy quiero decirles que eso no pasa, si por lo menos el tráfico hubiera leído la carta la sensación sería distinta”, explica.

La Teja consultó a la Policía de Tránsito por el caso de Germán y por medio de la oficina de prensa dijeron que no se iban a referir al tema sobre todo por el tiempo que ha transcurrido.

Andrea Sánchez, asesora legal del Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (Conapdis), aseguró que ellos constantemente atienden casos en los que existe discriminación.

Nos explicó que cuando hicieron el decreto por la restricción sanitaria, el MOPT y el Ministerio de Salud pasaron por alto que no todas las personas con discapacidad cuentan con placa D, ya que para optar por esa placa hay una lista muy específica. Personas que no se pueden movilizar, como el caso de Germán, cuentan con un documento.

“Se está modificando el decreto para que diga que podrán circular las personas exoneradas por placa, los que tengan certificación del Conapdis, de la CCSS y una que da el INS, que indica que tiene una situación permanente”, dijo Sánchez.

En el Conapdis les dan acompañamiento constante a las personas para saber enfrentar este tipo de situaciones.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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