Un grupo de vivazos que traficaba personas les cobraba entre ¢4 millones y ¢11 millones por cumplirles el sueño de llevarlos a los Estados Unidos.
Así lo informó la Policía Profesional de Migración este martes en una conferencia de prensa en la que anunciaron que llevaron a cabo 36 allanamientos y detuvieron a 38 supuestos integrantes de la banda.
Stephen Madden, director del cuerpo policial, dijo que los sujetos traían personas de Asia, África, Cuba y Haití, los ayudaban a entrar por la frontera sur del país y luego de cruzar el país los sacaban hacia Nicaragua para que siguieran su camino.
Los oficiales tienen reportes del tráfico de 249 personas, pero saben que el total de los migrantes que viajaron con la banda es mucho mayor.
La tarifa que cada uno debía cancelar dependía del país de origen y del tipo de transporte que usarían, ya que en algunos trayectos podrían elegir entre la vía terrestre o aérea.
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La investigación contra el grupo inició en enero del 2018 cuando las autoridades recibieron informes confidenciales de tráfico de personas, por lo que de inmediato se pusieron detrás de los sospechosos. En el transcurso de la investigación las autoridades arrestaron a 10 personas.
Poco a poco los oficiales descubrieron el modo de operar de los traficantes, quienes traían a los extranjeros en avión hasta América, a los aeropuertos de Brasil, Ecuador, Colombia y Perú, después los movían a Panamá vía terrestre y luego a Costa Rica. Aquí el grupo era liderado por cinco personas.
En la frontera sur los migrantes era recibidos por dos mujeres de apellidos Ruiz Umaña y Bejarano Morales, quienes coordinaban todo para enviar las personas hasta Liberia. Mientras hacían el viaje, las mañosas hospedaban a los extranjeros en distintas casas.
Cuando llegaban a la zona norte eran recibidos por una mujer apellidada López Martínez, alias Mamá África y dos sujetos de apellidos Hernández Salgado, conocido como Tamuga y Murillo Salgado, éste último funcionario del Ministerio de Salud.
Ellos se encargaban de la logística mientras los extranjeros permanecían en Guanacaste, así como de coordinar su salida del país, ya fuera por vía marítima, saliendo de Puerto Soley o por playa El Morro hasta llegar a Honduras, o también vía terrestre hasta Guatemala, donde eran entregados a miembros de la organización que operan en dichos países.
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En la operación participaron también oficiales de la Policía de Control Fiscal, Policía de Control de Drogas, Policía de Fronteras, Servicio de Vigilancia Aérea, Fuerza Pública y del Organismo de Investigación Judicial.
Durante los operativos los oficiales no encontraron migrantes en las propiedades, pero sí decomisaron evidencias como computadoras, celulares y gran cantidad de dinero cuyo monto no fue revelado.
Simultáneamente, en Panamá, las autoridades de ese país hicieron 21 allanamientos por el mismo tema, donde arrestaron a 10 personas. Los operativos se llevaron a cabo mediante el intercambio de información y acciones operativas entre los dos países y el apoyo de la Agencia ICE-HSI del Gobierno de los Estados Unidos.