Un hombre de apellidos Medrano Vargas, uno de los dos oficiales de Tránsito acusados en el juicio por el secuestro y asesinato del empresario estadounidense William Sean Creighton, negó conocer a los demás integrantes de la banda que habría cometido dicho crimen.
Él declaró a las 11 a.m. de este miércoles 30 de marzo, ocho meses después de que iniciara el debate por este caso.
Medrano solo respondió preguntas de su abogado, José Alberto Monterrosa, quien le consultó por cada uno de los integrantes de la organización y fue cuando dijo que no los conoce. Por el único que no le preguntó fue por el segundo tráfico acusado, de apellidos Jirón López.
“No conformé ningún grupo ni conocía a ninguna de esas personas”, señaló.
Agregó que tampoco sabía nada sobre la familia de Creighton, ni la capacidad económica que tenía.
La declaración duró 29 minutos y en reiteradas ocasiones sostuvo no tener ningún vínculo con los demás acusados.
Mencionó que la noche del 24 de setiembre del 2018, cuando desapareció el empresario, él no estuvo en las cercanías del edificio Eqqus, en San Pedro de Montes de Oca, de donde salió Creighton antes de ser secuestrado.
De acuerdo con el Ministerio Público y Erick Ramos, abogado de la familia del norteamericano, lo último que se sabe es que él salió de su trabajo en San Pedro y fue a dejar a Sabanilla a uno de sus empleados-amigos y cuando regresaba fue seguido y detenido por dos oficiales de Tránsito, después fue secuestrado.
“En ningún momento he participado de un hecho delictivo, no sé en realidad hacia dónde va su pregunta. Recalco que en ningún momento me he asociado, he tenido comunicación, he planeado ni mucho menos he ejecutado alguna de las acciones que aquí se están investigando”, es parte de lo que testificó.
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Medrano también detalló que está seguro de su inocencia y por eso se sometió a la prueba de grafoscopía forense para demostrar que no escribió en una libreta, que decomisó el OIJ como parte de las pruebas, con los nombres y el dinero que supuestamente recibieron los integrantes de la banda.
Comentó que es padre de dos niñas y que forma parte de la Policía de Tránsito desde el 2003.
“Tengo mi familia, tengo dos niñas que dependen de mí, hasta la fecha me he caracterizado por mi honradez y por tratar de ser servicial, más en el trabajo en el que estoy. No he tenido ninguna denuncia hasta la fecha”, explicó.
Concluyó diciendo que ni directa ni indirectamente participó en la muerte de William Creighton.
“Toda aquella persona que cree o tiene un conocimiento de Dios, sin que esto suene pandereta... la vida humana es primordial, soy padre, tengo dos niñas y uno que experimenta esa parte... la vida humana es sagrada, solo Dios tiene la posibilidad de quitarla, no tendría la capacidad ni mental ni física para quitarle la vida una persona”, aseguró.
Al final terminó diciendo que no puede describir todo lo que deben estar viviendo la esposa y los hijos de Creighton por su ausencia.
El supuesto líder de la banda que secuestró al empresario es un hombre de apellidos Morales Vega; la mamá de él, apellidada Vega Aguirre, y la novia, de apellidos Solís Chaves. Además están la abuela de Morales Vega, apellidada Aguirre Leal, y un tío del supuesto líder, de apellidos Vega Aguirre.
Y también se encuentran en juicio otras personas de apellidos Martínez Chacón, Sanabria Abarca (una maestra), Sánchez Gamboa, Jirón López (oficial de Tránsito).
Ford, otro de los acusados, aceptó los cargos y una condena de 33 años en la cárcel.