Doña Marilyn Chávez Espinoza no pegó los ojos en toda la noche del 22 al 23 de julio. La crecida del río Tuis, en Las Leonas de La Suiza de Turrialba, la tuvo alerta y a eso de las 6 de la mañana, sucedió lo que tanto rezó para que no pasara: el río se llevó gran parte de su casa.
“Lo que yo estoy viviendo no se lo deseo a nadie. Perder la casa, ver como un río se la lleva, es uno de los peores dolores de mi vida. Gracias a Dios mi hijo (el único con el que vive, quien tiene 19 años), está bien, hablamos solo de daños materiales”, nos comenta la muy dolida turrialbeña.
Cuando el pasado 22 de julio las lluvias provocaron que los ríos Colorado y Turrialba se crecieran y causaran gran daño en el centro de ciudad azucarera, a doña Marilyn se le comenzaron a encender las alertas con el río Tuis, por eso pasó toda la noche, junto a sus vecinos, tomando café en una vigilia muy dolorosa.
“Cuando nos dimos cuenta que una parte del dique se había despedazado, comenzamos a presentir lo peor, por eso sabíamos que era imposible dormir, había que estar atentos. Al momento en que todo el dique fue arrastrado por el río ya entonces sí el agua comenzó a metérsenos muy rápido.
Banco de Alimentos
— Las ayudas para los turrialbeños se están organizando por el Banco de Alimentos, si usted quiere colaborar está el Sinpe Móvil 8889-7371. Esta recolección es organizada por la municipalidad de Turrialba y el Club de Leones local.
“Los cuartos se falsearon, el agua subió por toda la casa y eso sucedió en un segundo, no pudimos sacar nada, entendimos que lo más importante era la vida y ahí quedó todo. Ya la casa está inhabitable, no creo que podamos volver nunca más”, acepta con amargura desde el albergue que puso la Comisión de Emergencia local en el salón parroquial de la iglesia católica de La Suiza.
Ni la más mínima idea tiene doña Marilyn de lo que será su futuro porque perdió una casita que había durado mucho tiempo en pagar y ya era completamente de ella.
“Mi hijo y yo nos quedamos solo con lo que andamos puesto. El río se me llevó el esfuerzo de toda la vida.
“No tenemos para donde irnos, yo recibo una pensión de 86 mil colones y eso no alcanza para alquilar una casa y comer. No puedo trabajar porque tengo asma, hipertensión y los pies a cada rato se me hinchan… primero nos golpeó la pandemia y ahora el río Tuis nos termina de rematar. No sé qué será de nosotros”, comenta la turrialbeña quien nos dio el 6448-5544 por si alguien quiere colaborarle con lo que sea.