Un viaje terminó en una tragedia que le cambió la vida para siempre a Miguel Josué Ramírez Díaz, de 43 años. Él es uno de los sobrevivientes del violento choque ocurrido la noche del 7 de noviembre en La Ceiba de Orotina, sobre la ruta 27, donde el conductor de otro vehículo perdió la vida y un niño de cuatro años resultó herido.
Miguel viajaba desde Guanacaste hacia San José, junto a un amigo, y el hijo de este, un menor de cuatro años.
Él nos contó que, antes del cruce de frutas de Orotina, un hombre que viajaba en otro carro se salió de su carril y, al intentar reincorporarse, impactó de frente el automóvil en que ellos viajaban.
La Cruz Roja Costarricense atendió la emergencia a las 10:51 p. m. y brindó asistencia a tres personas, entre ellas el niño, quien fue trasladado grave al hospital y ya se encuentra fuera de peligro.
El conductor del otro vehículo fue declarado sin vida en el lugar.
Miguel fue trasladado de emergencia al Hospital Monseñor Sanabria y posteriormente al Hospital México, donde fue sometido a una cirugía el mismo día del accidente.
“Los médicos confirmaron una fractura en la vértebra lumbar L1, que me provocó daño en la médula espinal. Yo fui quien llamó a mis papás para contarles lo que había pasado”, recordó.
Su lesión fue tan grave que actualmente permanece internado en el CENARE, donde recibe terapias intensivas y atención en la clínica del dolor.
“Los especialistas me han indicado que existe apenas un 10% de posibilidades de que vuelva a caminar y que, de lograrlo, el proceso podría tomar entre dos y tres años, sin recuperar la movilidad que tenía antes. Nunca podré volver a caminar igual", dijo.
A la compleja recuperación física se suma una pesada carga emocional.
Miguel ha atravesado en poco tiempo la muerte de un hermano, la pérdida de un tío y la ruptura de una relación sentimental de muchos años.
Además, durante su internamiento le detectaron piedras en la vesícula y un nervio que le está prensado la médula, lo que le provoca dolores intensos y constantes, muchas veces insoportables pese a la medicación.
Antes del accidente, Miguel vivía solo en Guanacaste y trabajaba como músico y DJ. La póliza no cubrió los gastos y, al no poder trabajar, se vio obligado a mudarse a la casa de sus padres en León XIII, en Tibás, ya que actualmente no puede valerse por sí mismo y requiere asistencia constante.
Este sobreviviente, quien todavía algunas noches sueña con el accidente, es padre de tres hijos, y el menor, de 17 años, depende económicamente de él.
La situación familiar es especialmente delicada. Su padre es adulto mayor y diabético, y por la enfermedad le amputaron varios dedos de un pie, mientras que su madre padece artritis y un severo desgaste en las rodillas, lo que dificulta que puedan atenderlo sin apoyo adicional.
Miguel tiene una plaqueta y cuatro tornillos de titanio en la columna y deberá someterse a nuevas cirugías, aunque aún no sabe cuántas ni cuándo. Si todo avanza según lo previsto, podría salir del hospital el 11 de enero, permanecer un mes en casa y luego regresar nuevamente a internamiento.
Esta Navidad, su mayor deseo no es un regalo, sino una cama hospitalaria, indispensable para evitar úlceras y permitir una atención adecuada en casa, sin poner en riesgo la salud de sus padres.
“Lo que más me preocupa es que ellos tengan que cuidarme porque ya sus condiciones de salud son complejas, por lo que si alguien me puede ayudar se lo agradezco con el corazón”, dice con angustia.
Mientras enfrenta una recuperación lenta e incierta, Miguel lucha día a día por recuperar parte de su movilidad y por salir adelante, aunque su vida cambió en cuestión de segundos.
Si usted desea ayudar se puede comunicarse al número de la fundación RN, que es el 6230-7471, o bien hacer llegar su donación monetaria por medio de SINPE Móvil a ese mismo número, el 6230-7471, o hacer una transferencia bancaria IBAN: CR26015118610010003289, Cédula Jurídica: 3-006-812680, de la Fundación RN. Su representante, Glenda Calderón, está apoyando al sobreviviente y a sus padres para que puedan afrontar la recuperación en casa.




