Uno de los vecinos del condominio Río Palma en Escazú lugar donde hace casi un año Otoniel Orozco Mendoza murió por los disparos que le pegó un vecino, aseguró que en ese sitio aún hay sentimientos de tristeza y frustración.
El señor, quien vive en ese lujoso sitio y se encontraba en su casa cuando ocurrieron los hechos, contó que para él ha sido duro y para su esposa más.
“Ellos ya no están (Otoniel y Ramírez, este último sentenciado por el homicidio) y eso haría creer que la gente siente paz, pero la verdad es una tranquilidad a medias, porque cada vez que uno pasa por ahí es como revivir la escena de lo que pasó”, dijo.
Él asegura que es inevitable, no solo para él pensar en el hijo pequeño del sospechoso, sino también en los hijos del señor asesinado. Él aún se acuerda cuando los veía pasar de un lado a otro.
“Aquí la gente trata de olvidar, de no hablar, pero esto se vuelve imposible, la primera reacción de varios conocidos cuando salió fue de que ojalá no se acerquen por aquí, aunque ninguno de ellos (las dos familias) viven aquí”, dijo.
“Uno quiere despertar y pensar que fue una pesadilla, a mi esposa es la que más le ha afectado, ella trabaja algunos días fuera de San José y hay semanas en que mi sobrina se queda en la casa sola, porque mi esposa no quiere ni regresar, después de que esta era la casa que ella soñaba. Al principio no nos alcanzaban los salarios para poder pagarla y agarrábamos todas las horas extras posibles”.
El vecino asegura que incluso él vacilaba a Otoniel que era demasiado el trabajo, pero aun con todos los pacientes que él atiende, el fallecido trabajaba más.
“No éramos amigos, solo conocidos y vecinos, pero yo le valoraba que tenía muchos hijos y a todos los estaba sacando adelante, el asesino también era conocido porque tenía un negocio y mi sobrina era clienta de él”, dijo.
El vecino asegura que tres meses después del homicidio ellos pusieron su casa en venta con la esperanza de dejar todo atrás.
“Mi esposa empezó a insistir en que nos fuéramos y yo le decía que nadie nos iba a comprar la casa con lo que pasó y así fue, solo dos personas la vinieron a ver y la verdad una fue muy amable, pero después nos puso un mensaje de texto diciendo que ya el condominio estaba marcado y que iba a valorar más opciones, hasta le bajamos un poco más el precio, pero no llamó más”.
Otra persona que lo vio nos pareció que solo vino por curiosidad y no llamó más, pero era consciente de lo que había pasado.
El vecino asegura que otros lugareños también han querido dejar sus casas, pero ellos saben que el interés de posibles clientes es muy bajo por ahora.
Incluso en varias páginas de Internet de venta de propiedades hay varias casas que se encuentran en venta, entre los 130 y 180 millones.
“Es feo tener ese recuerdo constante, nos sentimos vulnerables, y hasta culpables de no haber hecho más, pero la situación nos tenía a todos cansados porque eran pleitos de pleitos, yo siempre pensé que en algún momento se iban a agarrar y se iban a dar a golpes horribles, pero tal vez eso les iba a sacar el enojo, jamás así”, comentó.
La esposa del vecino asegura que hace poco vio a la señora de don Otoniel, pero aunque quiso hablarle para preguntarle cómo estaban, no se animó.
“No era por como dicen vinear, sino por ese sentimiento de cómo estarán, pero yo pienso que ella no quiere saber nada de ese lugar (del condominio) menos de los vecinos, al final ella tenía con su esposo y familia una lista de sueños en ese sitio muy doloroso”, dijo.
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La pareja asegura que muchos quieren alejarse de ese sitio apenas les sea posible, entre esos ellos.
“Es un lugar muy lindo, soñado para muchos de nosotros, pero esto dejó algo que le quedo a uno ahí, y el banco te cobra todos los meses y eso te obliga a quedarte, para alquilarla, el precio no vale la pena, solo queda dar tiempo”, dijo el vecino que muchas veces fue testigo de los gritos y pleitos desde su ventana.
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Otoniel fue asesinado el 3 de junio del año pasado, cuando su vecino de apellido con quien tenía constantes problemas le disparó 14 veces.
Ramírez fue sentenciado a 20 años luego de someterse a un abreviado, pero fue operado y lo dejaron salir de la cárcel a recuperarse, él deberá volver a prisión en setiembre.
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Él descuenta prisión preventiva, ya que la sentencia no está en firme, hay apelaciones por resolver.
La Teja entrevistó Liliam Avendaño la esposa de Otoniel quien habló por primera vez, sobre lo ocurrido y el temor con que viven.