Cuarenta minutos fueron suficientes para que la vida de don Víctor Monestel Gamboa cambiara para siempre.
En ese tiempo el cruzrojista logró ganarle un pulso a la muerte y salir vivo de un accidente que tenía todo para ser fatal.
Monestel, de 58 años y quien trabaja en el comité de San Rafael de Heredia, volvió a nacer la noche del martes 3 de mayo del 2016. Fue ese día cuando la ambulancia que manejaba fue chocada por un tráiler que le invadió el carril en Caldera, Puntarenas.
“Quedé prensado durante cuarenta minutos dentro de la ambulancia. Gracias a Dios no perdí el conocimiento, pero fueron minutos de mucha angustia, tenía muchas lesiones y una perforación en un pulmón que no me dejaba respirar”, recordó.
Don Víctor dijo que esos fueron los minutos más largos y llenos de angustia de toda su vida, pero afortunadamente fue rescatado a tiempo por cruzrojistas de Orotina, quienes lo llevaron al hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas.
Algunas secuelas
Don Victor aseguró estar sumamente agradecido con Dios por hallarse contando el cuento dos años después del terrible accidente; sin embargo, no ocultó que ha tenido que recorrer un camino muy difícil para retomar su vida.
“Estuve con varias fracturas, una en el fémur derecho, en la rodila derecha, una fractura en la clavícula, en las costillas y en los dedos del pie izquierdo. Me recuperé muy rápido aunque las lesiones fueron muchas y muy delicadas. Primero estuve incapacitado nueve meses seguidos, luego estuve incapacitado distintos tiempos por las tres operaciones que me hicieron en la rodilla”, dijo.
Como producto del bombazo y las heridas que sufrió quedó con varias secuelas que lo molestan a diario, pero ni siquiera esto le ha quitado las ganas de seguir adelante y trabajar como cruzrojista para ayudar a quienes más lo necesiten.
“Quedé con un impedimento en la rodilla derecha, pero gracias a Dios aún puedo caminar. Me duele mucho para caminar, no puedo doblarla, me quedó como en un ángulo de noventa grados y de ahí no dobla más, además me pusieron unos pines y una plaquita para fortalecer la rodilla”.
Sin miedo
Uno pensaría que después de un accidente como este, don Victor les haría la cruz a las ambulancias, pero más bien ha sido lo contrario. Sigue trabajando detrás del volante de una ambulancia.
“Estoy trabajando como conductor de ambulancia para egresos en el Hospital del Trauma del INS, entonces me encargo de llevar y traer a los pacientes de la casa al hospital y viceversa”.
El próximo 10 de agosto don Víctor cumplirá 59 años y desde ya se está preparando para disfrutar al lado de su familia y sus seres queridos esta segunda oportunidad que le dio la vida.