(Video) Castración de gatita en Jacó se convirtió en una pesadilla

Lo que era una simple castración de una gatita, tiene enfrentada a la dueña del animalito, Valery Villalobos, con el veterinario que hizo la cirugía.

El 5 de marzo anterior, la vecina de Orotina llevó su gatica Luna, de año y medio, a Jacó, a la Clínica Veterinaria Plaza Boulevard, del doctor Bernabé Berrocal.

La intención era que operaran a la peludita para que no tuviera más gatitos, ya que hace un tiempo había quedado embarazada y le fue tan mal que los mininos nacieron muertos.

“En la casa nunca hemos tenido mascotas, pero cuando Luna llegó hizo química con mis hijos y decidimos adoptarla y cuidarla mucho. La tenemos desde que era una bebé y la chineamos todo lo que podemos; ella tiene su ropita, su camita, sus juguetes y hasta su champú propio”, contó Villalobos.

“El día que la llevé a operar me la devolvieron con una herida en la panza y me cobraron ¢25 mil, hasta el momento todo parecía ir bien. Días después yo vi que la gata se estaba engordando y entonces la volví a llevar a la veterinaria y me dijeron que lo que tenía era parásitos, entonces le pusieron una inyección y me cobraron ¢3 mil”, recordó la mujer.

El 17 de abril Valery se dio cuenta de que algo se movía en la pancita de Luna, y supuso que la peludita estaba embarazada, así que decidió llevarla una vez más al veterinario y le dijeron que dejara la gata para revisarla y que podía volver por ella a las 5 de la tarde.

“Cuando yo regresé por la gata me llevé la terrible sorpresa de que le habían practicado un aborto sin mi consentimiento. El veterinario la abrió, le sacó cinco gaticos y la castró, sin preguntarme si yo estaba de acuerdo con eso”, contó indignada la denunciante.

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La molestia de Valery es tal que asegura que presentará una demanda muy pronto en la Fiscalía en contra del veterinario por estafa y daños. Además, la próxima semana irá al Colegio de Médicos Veterinarios de Costa Rica, donde también pondrá una queja contra el dueño de la clínica, en la que fue atendida la peludita.

“Ya la gata está muy recuperada y la estamos chineando mucho, pero no puedo permitir que estos se quede como si nada hubiera pasado, por eso voy a demandar”, argumentó la dueña del animalito.

“Después del aborto, tuve que llevarla a otra veterinaria en Alajuela, para que me la recuperaran, porque estaba muy mal”, añadió.

Veterinario se defiende.

Por su parte, el veterinario Bernabé Berrocal dice que todo lo que pasó tiene una explicación.

“La primera vez que me llevaron a la gata para que la castrara la abrimos, pero no encontramos el útero ni los ovarios, eso puede pasar por distintos factores, por ejemplo, que haya mucho tejido graso, que el intestino esté muy inflamado o simplemente no se desarrollaran. Cuando la dueña llegó a recogerla nosotros le explicamos detalladamente lo que había pasado”, aseguró Berrocal.

“Luego, cuando la trajo la última vez yo le pregunté si ella quería que yo castrara la gata y ella me dijo que sí, obviamente si le iba a sacar el útero eso implicaba que se perdieran los productos que estaban dentro”, agregó el veterinario.

El dueño de la clínica dijo que el acuerdo entre él y la duela de Luna fue verbal, por lo que no tiene ningún documento que respalde que Valery estuvo de acuerdo con la operación en la que le sacó los gaticos a Luna.

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“Toda esta situación es muy lamentable y estresante y ha afectado mucho la clínica. La dueña de la gata ha comentado la situación en las redes sociales y eso ha generado mucha desconfianza hacia nuestro trabajo”, narró el hombre.

La denunciante espera que este caso siente un precedente, para que ninguna otra familia pase por una situación tan incómoda y dolorosa como la que ella y sus allegados vivieron.