Que un conductor no quisiera hacerse a un lado para darle campo a una ambulancia que llevaba la sirena puesta, tal como se observa en un video que circuló en redes este jueves, es solo una de las cruces con las que deben lidiar diariamente los conductores de esos vehículos de emergencias.
Román Castro, cruzrojista de Ciudad Colón, maneja ambulancias desde 1997 y asegura que es normal toparse con gente muy desconsiderada, que incluso algunos piensan que se trata de un pique.
Luis Jiménez, del Comité Metropolitano de la Cruz Roja de San José, manejó ambulancia por 29 años y asegura que estas actitudes no son generalizadas, pero que las personas no les dan campo por dos razones: porque no quieren o porque se paralizan al escuchar que un vehículo de emergencias está detrás de ellos.
“Hay casos en que los choferes solo meten la trompa del carro y la parte trasera queda por fuera, por lo que el vehículo de emergencia no pasa”, recordó Jiménez.
Arnoldo Sanabria ya es un rescatista pensionado, manejó estos vehículos por 25 años. Cuenta que en una ocasión una señora no podía mover el carro en el centro de San José y él se tuvo que bajar, decirle que se corriera de asiento para él quitarlo, solo así pudo pasar la ambulancia.
No quiso de ninguna forma
En el video que circuló en redes, incluso se ve a un motociclistas repartidor de comidas que se acercó en varias ocasiones a la ventana del conductor y le hizo señas para que se corriera.
A la ambulancia que no le dieron paso era una de la empresa de Soporte Vital y la situación fue este jueves en la tarde, en San Pedro de Montes de Oca, San José.
Jim Batres, de la Dirección Nacional de Gestión de Riesgo de la Cruz Roja Costarricense, indicó que otra de las actitudes de los conductores es que cuando ven una ambulancia con las sirenas puestas se van detrás, lamentablemente en muchos de los casos los rescatistas deben frenar de pronto y ocurre un choque con el vehículo que iba detrás.
La mayoría de ocasiones estas actitudes se ven en las zonas de San José, Heredia, Cartago y Alajuela.
“Esto no solo afecta los tiempos de respuesta de los rescatistas cuando vamos en ruta, sino que también a los pacientes, a quienes atrasan su llegada al hospital”, concluyó Batres.