Sucesos

Video: Alexánder Reyes aprendió a nadar después de perder los brazos en accidente de tránsito

El valiente da ejemplo de vida al demostrar que no hay limitaciones cuando hay voluntad y buena actitud

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Alexánder Reyes Montoya es un mercadólogo que pudo haberse echado a morir luego de un violento accidente de tránsito, pero no tomó ese camino.

La noche del 19 de setiembre del año pasado, mientras viajaba por la carretera de Circunvalación por los Hatillos, hizo un falso adelantamiento, perdió el control del carro y --por increíble que parezca-- la mitad del cuerpo se salió del auto y él quedó entre la carrocería y el muro divisorio.

Una de las consecuencias fue que los brazos le quedaron muy dañados. Estuvo en coma durante tres semanas y las esperanzas de que viviera eran casi nulas.

A su esposa, Rebeca Salazar, la prepararon psicológicamente para que se despidiera de él; sin embargo, en los planes de Alexánder no estaba dejar la vida. Salió del coma y está lleno de proyectos.

Hace tres semanas aprendió a nadar y dice que en el futuro le gustaría competir; también sueña con montarse en una bicicleta, seguir superándose académicamente y ver crecer a sus cuatro hijas al lado de Rebeca.

Ella, la esposa, fue la “responsable” de “tirarlo al agua” en esto de la natación porque le hizo ver que se trata de una gran terapia y él encontró en esa disciplina una pasión.

“Yo le tenía pánico al agua, era la típica persona que tenía la espalda quemada de quedarme sentado en el borde de una piscina. Mi esposa fue la que me impulsó a nadar, yo le decía qué cómo lo iba hacer, si cuando tenía los brazos no aprendí, ahora menos, cuenta Alexánder.

Alexander Reyes aprendió a nadar sin brazos y sueña con competir

Rebeca explica que sus hijas le pusieron los videos de atletas paralímpicos compitiendo incluso sin tener brazos o piernas y eso fue una gran motivación.

“Siempre le he dicho que la mente es la única que pone el límite de las cosas que uno quiere hacer”, dice la esposa.

Días de prueba y alegría

A pesar de la gravedad del accidente, Rebeca nunca perdió la esperanza de tener a Alexánder de nuevo en casa, por eso cuando salió del coma fue una alegría enorme.

Él cumplió 35 años el 22 de noviembre del 2020 y hoy dice, riendo, que en realidad se trató de un mes de renacido.

“Fue un milagro que pudiera celebrar su cumpleaños, de hecho celebré mi cumpleaños casi un mes después del accidente; mi hija mayor cumplió cuatro días después de mi cumple y Alexánder y yo cumplíamos tres años de casados el 22 de octubre, entonces nuestras fechas importantes estaban seguidas; fue maravilloso celebrar todo en el día de él”, explica Rebeca.

“Uno siempre celebra, pero esta vez fue con un agradecimiento por la oportunidad de tener la familia completa, tener a Alex consciente, lúcido, alegre, al de siempre”, añade.

Vive al máximo

Alexánder siempre ha disfrutado la vida con ganas, pero desde que volvió a nacer le ve otro sentido.

“Tengo dos escenarios de vida: antes y después del accidente. Claramente esta oportunidad me marcó y le estoy agarrando otro sazón a la vida, la veo diferente, tengo más paciencia, más calma. Creo que lo principal es buscar ser feliz”, explica.

Y da luego su definición de felicidad...

“Ser feliz no es que tener plata o carros, es buscarle a cada momento la alegría; a veces intento hacer cosas en la piscina y no me salen, entonces no me frustro, solo me río e igual sigo. Hay que hacer una pausa, un análisis y ver si de verdad estamos disfrutando vivir”, aconseja.

(Video) Matrimonio da testimonio de vida al sobrevivir a accidente de tránsito

Asegura que ahora no tiene tiempo para amargarse y es consciente de que siempre va a existir algún problema a enfrentar porque eso está en la misma esencia de la vida.

“Como dicen nuestros abuelitos ‘hay que buscarle la comba al palo’ (buscar una solución inmediata), se vale un ratito llorar, analizar, pero hay que sacudirse y salir adelante con todo”, menciona.

Alexander ha sido un hombre pulseador y trabajador. Desde siempre se ha esforzado por conseguir lo que quiere, muy joven soñaba con casarse y tener una familia numerosa y la tiene.

“Siempre fui empunchado, siempre quise tener las cosas bien ganadas, que me costaran, siempre fue lucha, que no me regalaran nada. Ahora me detengo a disfrutar más cada momento y creo que eso le falta a mucha gente”, opina.

En unos meses tendrá prótesis de los brazos y adelanta que no quiere pensionarse, sueña con seguir trabajando y, lo adelantamos, en el futuro podríamos verlo compitiendo.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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