Sucesos

(Video) Pilotos argentinos: “¡Nos salvamos, boludo!”

Cristian Sapun y Damián Barreira regresaron con La Teja al sitio donde se estrellaron

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“Ya estábamos listos para morir, pero no queríamos llevarnos a nadie con nosotros. Imagínate, ¿cómo sobrevivís con el peso de haber matado a alguien?”.

Esto lo dijo Cristian Sapun junto a su amigo y colega Damián Barreira en el lugar donde el viernes en la mañana casi pierden la vida.

Ellos son los pilotos argentinos que sobrevivieron a un accidente aéreo ocurrido en Pavas, San José.

Este sábado en la tarde visitaron con La Teja el mismo sitio donde, como ellos dicen, volvieron a nacer.

Los pilotos cayeron con su avioneta 100 metros al este del Fresh Market, a 25 metros del colegio bilingüe La Sabana. Habían despegado a las 7:20 a.m. del aeropuerto Tobías Bolaños.

Los muchachos, de 23 años, aseguran no saber cómo sobrevivieron. Caer en un avioneta y seguir con vida no ocurre todo el tiempo.

Cristian habló de los pocos metros que volaron desde el Tobías Bolaños y luego se le quedó viendo al árbol de poró extranjero, que muestra cortes dejados por el golpe de la avioneta. Ese árbol fue clave.

Cristian le tomó fotos mientras Damián daba vueltas en la calle en la que se estrelló la nave y allí se encontró un pedazo de la avioneta y se lo dio a Cristian.

Ambos se mostraron pensativos por momentos.

Recordaron que conforme volaban veían cables y casas. Creyeron que no iban a salvarse, pero reconocen que en todo momento trataron de mantener la calma.

“Cuando nos encontramos de frente con el río le dije a Cristian ‘bueno, Cris nos vamos a morir’. No teníamos velocidad y pensábamos que íbamos a quedar en el río”.

Cristian dijo que en ese momento solo pudo decir “tranquilo”. Los dos esperaban lo peor.

Pero eso no ocurrió. La nave avanzó, pegó con el poró y cayó, pero los pilotos habían sobrevivido para contar el cuento.

Cuando Damián vio que habían caído en la calle y que estaban vivos, se volvió hacia Cristian y le dijo: “¡nos salvamos, boludo!”.

Luego de contarle esto a La Teja los pilotos sueltan la carcajada.

“No tiene lógica que de dónde vinimos no hayamos impactado contra la casa”, decía Cristian.

Se refiere a la vivienda más cercana a donde quedó la nave.

“El árbol nos salvó la vida”

Damián asegura que la máxima altura la que llegaron después de despegar fue de unos 50 metros. Luego la nave comenzó como a flotar.

“Íbamos a la suerte, no conocíamos el lugar y rezamos para que no apareciera nada de frente. Este aeropuerto está en medio de la ciudad, el terreno es muy irregular, tuvimos la mala suerte de que (la avioneta) perdió potencia despegando. Cuando se despega es la fase más crítica del vuelo y teníamos casas más altas que el aeropuerto y también es peligroso”.

“Nosotros esquivamos casas, árboles, hicimos un viraje por la derecha, luego se nos presentó una casa y viramos a la izquierda, pero ahí vimos los cables de alta tensión y bajamos el ala para pasar.

“Luego vimos el cañón del río y ahí ya veníamos abajo, pero eso nos permitió ganar un poco de velocidad bajándole la nariz al avión”.

“Pegamos como un saltito y eso nos ayudó, pegamos con el árbol, la cola del avión fue cortada, giramos completamente y por eso el avión quedó viendo al revés. El árbol nos salvó la vida”, asegura Damián.

(Video) Pilotos sobrevivientes de accidente aéreo visitan el sitio donde se estrellaron

Casi, casi...

Recuerdan que cuando caían, la baliza de emergencia del avión pasó en medio de las cabezas de ambos. La baliza es un dispositivo que trasmite una señal de dónde está la nave en caso de un accidente y tiene un peso aproximado de seis kilos.

“Un golpe de la baliza y nos mata, pero nos pasó cerca y no nos tocó, perforó la parte de adelante del avión, esto es un milagro”, dijo Damián.

Ambos recordaron que después de que se estrellaron, un sacerdote les dio la bendición y rezó por ellos. Otra gente les dio jugo.

Debido a los fuertes golpes Cristian quedó inconsciente y este sábado contó riendo que cuando reaccionó supo que estaba en el Hospital de Trauma del INS y pensó que estaba en el cielo al ver a una muchacha muy guapa.

Pero no era un ángel, era una de las empleadas del centro médico.

“No la busqué, ella me buscó y dijo que le habían dicho que éramos los del accidente”, recordó entre risas.

Mencionaron los pilotos que la noche del viernes no pudieron dormir y este sábado amanecieron con golpes musculares.

“Todavía tengo en la cabeza el sonido de los árboles cuando los esquivábamos, la adrenalina y porque eran los últimos momentos, uno se prepara para morir”, dijo Cristian.

“Pasamos Estados Unidos y los demás países, jamás imaginábamos que acá (en San José) nos iba a pasar algo. Pero la verdad gracias a Dios fue aquí, la gente ha sido muy atenta, si hubiese sido en otro país hubiese sido diferentes con nosotros”, opina Damián.

“Es preferible que haya pasado acá y no que haya sido en Colombia, donde es muy montañoso y no hay nadie que nos auxilie”, añadió Cristian.

Damián explicó que un buen piloto es el que lleva un avión de un punto A a un punto B, pero que el problema es cuando hay que reaccionar ante una emergencia. En ese momento todo cambia.

Explicaron que nadie está preparado para algo así.

"Nadie sabe cómo reaccionar, ni todas las emergencias son iguales. No es lo mismo esta emergencia en el medio del campo que en el medio de la ciudad. Solo tenemos milésimas de segundos en los que no se puede pensar, solo actuar, si pensás ya es tarde”, dijo Damián.

A Damián le hicieron tres puntadas en la ceja derecha y en la pierna derecha tenía algunos moretes.

Cristian tuvo más golpes porque el impacto fue de su lado. Los pulmones se le comprimieron y también tiene dolores en las vértebras y el cuello tuvo una pequeña cortada.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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