Video: Taxista acusado de perseguir y matar a motociclista dice que le iban hacer un bajonazo

Adulto mayor enfrentará juicio por homicidio calificado en abril próximo en los Tribunales de Heredia

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Gerardo Cordero Vega, de 72 años, enfrentará el 14 abril un juicio por homicidio calificado en contra del motociclista Raúl Zambrana Durán, de 36 años.

Cordero, quien descuenta prisión preventiva en la cárcel de adulto mayor Gerardo Rodríguez (en San Rafael de Alajuela), aceptó una entrevista con La Teja en la cual relata lo que, desde su punto de vista, ocurrió la tarde del lunes 1 de abril del 2019 en San Pedro de Santa Bárbara de Heredia, día y lugar en el que murió Zambrana.

Esta es la primera vez que Gerardo Cordero habla con un medio de comunicación. Hablamos con él el jueves 20 de febrero en una salita de computación dentro de la cárcel.

Las autoridades lo señalan como un chofer colérico que habría perseguido al motociclista en su vehículo hasta alcanzarlo y atropellarlo. Eso le causó la muerte al motociclista.

No obstante, Cordero mantiene otra versión y afirma que aquel día le pretendían hacer un bajonazo y que por eso nunca se detuvo hasta que ocurrió el accidente de tránsito en el que se vieron involucrados cuatro vehículos, entre estos la moto en la que iba Zambrana.

Cordero afirma que ocurrió un accidente de tránsito y no un homicidio, como defiende la Fiscalía.

“Los medios de comunicación me apuntaron como asesino, nadie en este país tiene el derecho de decir ‘usted es tal cosa’ si uno no ha sido juzgado por un tribunal; los jueces son los únicos que tienen la autoridad para definir si una persona es delincuente o no”, dijo.

Cordero contó que toda su vida se dedicó a ser trailero y que en noviembre del 2018 alquiló un carro para trabajar como taxista informal.

“Me acusaron de temerario en las carreteras, pero tengo cuarenta y cinco años de manejar, soy trailero, he viajado para todo Centroamérica, Panamá y México y nunca tuve un accidente de esa índole”, afirmó.

Esta es la conversación del chofer con La Teja.

Vamos al día de los hechos. ¿Qué hizo usted antes de que se diera lo de Santa Bárbara?

Estuve con mi hijo arreglando un carro en la casa de él, fuimos a una venta de repuestos en Alajuela, luego regresamos y estando nuevamente en la casa de él recibí la llamada de un señor al que le debía plata, le dije que me diera chance, que más tarde iba.

Pasadas las tres de la tarde agarré el carro y me fui directo a Santa Bárbara de Heredia, llegué donde estaba el muchacho al que debía pagarle, le cancelé y sin bajarme del carro di la vuelta por la iglesia de Santa Bárbara e iba de vuelta para mi casa, en San Pedro de Santa Bárbara.

¿En qué momento se encontró con el motociclista?

Cuando llegué a un desvío que hay antes de entrar a San Pedro de Santa Bárbara vi que un bus de Santa Bárbara estaba recogiendo gente.

Había una fila de carros, entonces viré a la izquierda, primero me fijé que no tuviera ningún problema (obstáculo) y seguí; en ese momento oigo que me gritan, no veo (quién es), pero puedo asegurar que venían dos motos. Resulta que este individuo (Zambrana) comenzó a decirme “¡viejo hijuep…, me cago en los restos de su madre, bajate del carro!”; son palabras desafiantes, sin embargo, seguí el camino, cuando llegué a la esquina de la iglesia doblé a la carretera principal y aparece la moto nuevamente... Siempre me he inclinado a creer que era un bajonazo.

En ese desvío hay una venta de licores en la que tienen cámaras de seguridad y yo le pedí a mi defensor que esas tomas había que tomarlas, pero no lo hicieron, pero fue desde ahí donde comenzó el problema.

¿Qué pasó después?

Salí a la calle principal, iban unos carros delante mío. Yo iba haciendo la fila correctamente cuando veo que se me acerca una moto y el chofer comienza nuevamente a ofender, no sé cuáles eran las intenciones de este individuo.

Yo eguí y él hombre siguió insistiendo, tuvimos unas discusiones, pero no pude identificarlo porque lo tapaba el casco. Solamente una vez pasamos al frente de la iglesia y a ciento cincuenta metros estaba la delegación policial, pero no había ningún policía que supervisara el orden público, formaron (se refiere a los dos motociclistas que, según él, lo seguían) una persecución en contra mía para ver en dónde me podían bajar del carro.

¿Por eso usted piensa que era un bajonazo?

¡Era un bajonazo, era lo que me iban a hacer! Yo fui asaltado viniendo de Guatemala y sé cómo operan estos individuos y también aquí me robaron un carro. Aparte de que estaba trabajando como un taxista informal, ya me conocían.

Usted dice que Raúl Zambrana lo persiguió, pero en el video se ve que usted dobló hacia él, ¿se arrepiente de esa acción?

Yo traté de devolverme para meterme por la escuela y llegar a mi casa, pero este individuo me alcanzó.

En los videos que se han publicado no se ve una segunda moto o un carro que podrían haber participado en un bajonazo.

Es que el bajonazo no se pudo producir debido al accidente de tránsito, un delincuente de la zona, reconocido por la policía y al que le dicen “Care’malo”, fue el primero que llegó ahí y ese señor, de manera agresiva, me agarró a pescozones y a patadas. Yo llamé a mi hijo, si no hubiese sido por mi hijo quién sabe qué hubiese pasado ahí, estuve a punto de que me lincharan por medio de este hombre.

Esa otra moto que vi siempre anduvo atrás, mientras este sujeto (Raúl Zambrana) hacía todas estas cosas.

¿En qué momento ocurrió el accidente de tránsito?

En la esquina de la iglesia de Santa Bárbara hay un salón que se llama El Copey, di vuelta para salirme de la carretera principal porque no podía estar perdiendo el tiempo. Cuando ya casi llegaba a media cuadra me volvió a alcanzar el motociclista y volvió a gritarme, me atravesó la moto, ¿cómo puede decir que yo lo andaba siguiendo?, esa es la táctica que usan al momento de hacer un bajonazo, se fijan primero qué se lleva en el carro, cuántas personas van en él.

La moto me volvió a adelantar, si yo hubiese querido hacerle daño le hubiera hecho daño, pero nunca pasó eso por la mente mía. Yo lo que trataba de decirle era que parara y hablara conmigo para ver cuál era el problema.

¿En qué momento muere Raúl Zambrana?

Cuando yo iba adelantando dos carros por el lado izquierdo vi que la moto salió delante mío, pero llegó el momento en el que no tenía paso, entonces él dobló a la derecha, pero el chofer no pudo sostener la fuerza de la moto y pegó contra el carro negro, traté de quitarme.

¿Ahí es cuando el motociclista muere?

No vi cómo fue la muerte. Solo escuché un estruendo y perdí el control.

¿Qué hizo usted después del accidente?

Meterme en el carro y golpearme la cabeza para poderme centrar y agarré el celular para llamar a mi hijo.

Usted dice que es inocente, pero ¿por su mente pasó quitarle la vida al motociclista?

¡No, jamás, jamás! Nunca tuve la mala intención de hacerle daño, él siempre estuvo muy cerca de mí.

¿Qué espera usted del juicio que debe enfrentar?

Espero justicia, somos seres humanos, puede haber errores. Pero algo muy importante que quiero decir es que el muchacho que murió no tenía licencia para moto y sé que la moto que andaba estaba a nombre del papá de él.

Además, el carro implicado también en este accidente era uno negro, tenía muchas pruebas, pero se lo llevaron y quién sabe qué lo hicieron.

¿Su familia lo apoya en todo esto que ha enfrentado?

Sí, claro, me ha apoyado demasiado, toda mi familia me visita domingo a domingo y eso se los agradezco mucho.

¿Qué le dicen sus hijos?

Ellos están muy conmovidos, ¿a cuál hijo le va a gustar tener a un padre en la cárcel?, y menos por un hecho tan grave como es la muerte de una persona.

¿Usted ha pensado que le pueden dar una condena mayor a 30 años?

No me da miedo porque yo no hice nada, no sé ni por qué me tienen aquí, personas peor que yo están en la calle.

¿Cómo ha sido su vida en la cárcel?

Un descanso, hay un buen sistema con el adulto mayor, hay talleres y estudio.

¿Qué hace en la cárcel?

Estoy matriculado en la escuela, estoy cursando tres materias de quinto grado de la escuela.

¿Volvería a manejar un vehículo en el futuro?

Sería muy difícil, no es que no pueda hacerlo, sí puedo, pero ya estoy cansado y por lo que se ve en las carreteras es muy difícil. Si quedo libre no vuelvo a manejar.