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Posted by Nicaragua Actual on Monday, November 16, 2020
Estamos aún en la temporada de huracanes --termina el 30 de noviembre-- pero que dos de estos fenómenos peguen en Centroamérica con solo trece días de diferencia es algo que sorprende incluso a los expertos del Instituto Meteorológico Nacional (IMN).
El meteorólogo Juan Diego Naranjo dijo que por más que trata de hacer mente no recuerda otra situación igual. Tampoco podría decir que es la primera vez que esto ocurre por estos rumbos, pero sí puede afirmar que es poco común.
Mientras los países centroamericanos batallan con los estragos de Eta (que llegó como de categoría 4), Iota empezó a azotar con vientos furiosos de 260 k/h y con categoría 5.
En Costa Rica todavía hay 88 personas en siete albergues como consecuencia del golpe indirecto de Eta, informó Sigifredo Pérez, director de la Comisión Nacional de Emergencia (CNE).
En Estados Unidos sí han experimentado el golpe de dos huracanes en poco tiempo.
“En otros países es más común que venga un huracán detrás del otro, como pasó en Luisiana, por donde en un mes pasaron tres, o en la Florida”, dijo Naranjo.
El experto aseguró que el panorama para nuestro país por la influencia de Iota no va a ser de tanta lluvia como pasó con Eta, pero hay un agravante.
“Mientras el huracán esté cerca vamos a tener lluvias y fuertes vientos, el problema es que los suelos en algunos lugares están muy saturados de agua por lo que cualquier lluviecita podría provocar inundaciones”, dijo Naranjo.
LA FUERTE VENTISCA QUE DEJÓ EL HURACÁN IOTA AHORA VIENE LA MAREJADA CICLÓNICA CON OLAS 6 METROS QUE AFECTAN EL BORDE COSTERO LA CARRETERA CIRCUNVALAR DE SAN ANDRÉS
Posted by The Archipielago Press on Monday, November 16, 2020
Afirmó que en Costa Rica podríamos ver las consecuenciaes a partir de este martes 17, sobre todo en el Pacífico sur.
La Comisión Nacional de Emergencia estableció ya la alerta naranja para esa parte del país más el Pacífico central, el Pacífico norte y la zona norte. Hay alerta verde para el Caribe y amarilla para el Valle Central.
”Un nuevo evento se desplaza hacia la costa del Caribe de Costa Rica, lo que podría traer más precipitaciones al país a partir del viernes y tiene un 40% de probabilidades de convertirse en depresión tropical hacia finales de esta semana“, informó la CNE.
Mucho miedo
La llegada de Iota ha generado terror y angustia.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos reveló que Iota alcanzó vientos máximos de 260 km/h horas antes de arremeter contra el Caribe centroamericano.
Iota sigue la misma trayectoria que Eta, que dejó más de 200 muertos y desaparecidos en América Central. Unos 2,5 millones de personas resultaron afectadas por su paso.
Guatemala, Honduras y Nicaragua realizaban evacuaciones desde la semana pasada y el huracán se sentía también en Panamá y en la colombiana isla de Providencia, que quedó incomunicada.
Iota es el huracán número 13 en la actual temporada, particularmente intensa con un número récord de ciclones que obligó a usar el abecedario griego para nombrar a los nuevos fenómenos.
En Bilwi, la ciudad más poblada del Caribe Norte nicaragüense, la tarde de este lunes ya se reportaban inundaciones, lluvia intermitente y marejadas.
Cientos de indígenas miskitos y afrodescendientes habitantes del barrio El Muelle, en la costa de Bilwi, esperaban asustados la ayuda de las autoridades para evacuar.
“Con el huracán Eta no salimos, pero este es más peligroso”, dijo Marisol Ingram, habitante de El Muelle, cuya casa de madera quedó dañada por Eta.
El noreste de Nicaragua, una región extensa y poco poblada, con habitantes de las etnias miskito, sumos, garífunas, creole y mestizos, espera el impacto de Iota sin haber terminado de asimilar los efectos del huracán Eta.
Prinsila Glaso, una miskito de 80 años, dijo que en su comunidad al sur de Bilwi, “todo está destruido” por el paso de Eta, y ante la inminente llegada de Iota, tuvo que dejar el lugar. “No he comido, no sé dónde voy a dormir aquí. Estoy muy triste”, contó.
En Honduras, Iota ya provocaba este lunes rachas de vientos y fuertes lluvias en los departamentos orientales de Gracias a Dios -de población miskita-; Colón, norte de Olancho y parte de Atlántida, según la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco).
Según medios locales, más de 175.000 personas habían sido evacuadas desde el sábado, especialmente en zonas inundadas durante el azote de Eta en el Valle de Sula, cerca de San Pedro Sula, la capital industrial del país, 180 km al norte de Tegucigalpa.
Guatemala mantiene la vigilancia en las provincias de Alta Verapaz, Izabal, Quiché, Huehuetenango, Petén, Zacapa y Chiquimula, en las regiones norte, oeste y este, duramente golpeadas por Eta y aún con decenas de comunidades aisladas por derrumbes e inundaciones, según Yelson Samayoa, director del Instituto de Meterología.
Más cerca
Panamá declaró en tanto alerta roja en las provincias occidentales de Chiriquí y Boca del Toro, y en la comarca indígena Ngäbe-Buglé.
Y autoridades colombianas informaron el lunes que la isla de Providencia, donde habitan unas 6.000 personas, estaba incomunicada por el embate del huracán.