(Video) “Viuda negra” tica planeó con amante asesinato de su esposo... y lo logró

La mujer no contaba con el gran trabajo que harían los investigadores del OIJ

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Un contador del BAC San José en Curridabat se enamoró de la mujer equivocada, se casó con ella y por eso acabó muerto.

Lo que vemos con frecuencia en programas que hablan de crímenes se hizo realidad para Juan Carlos Monge Aguilar, de 40 años, la noche del 18 de julio del 2015, cuando fue asesinado a puñaladas.

Al principio la policía creyó que se trataba de un asalto, pero la verdad salió a la luz gracias a la gran investigación hecha por los agentes de la Sección de Homicidios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Este caso fue bautizado como "el de la viuda negra” por los investigadores judiciales Anthony León Solano (quien ahora es fiscal) y Roy Ruiz Vargas.

---

Ellos descubrieron que en el origen del asesinato de Juan Carlos estaba su esposa Jahaira Chinchilla López, quien deseaba quedarse con los bienes del contador y para lograrlo ideó un plan macabro en el cual contó con la ayuda de su amante, Oscar Chavarría, alias “Coco”.

La noche del 18 de julio del 2015 Jahaira, Juan Carlos y una empleada de la pareja iban en un carro Audi azul.

Era cerca de la medianoche y pasaban por el cruce de los barrios Virginia y Corazón de Jesús, en Moravia. Allí Jahaira dijo que tenía ganas de vomitar y le pidió a su marido que parara. Él lo hizo y con ese acto tan sencillo selló su destino.

Parece increíble...

Pare entender qué pasó debemos irnos hasta inicios del 2014, cuando Juan Carlos, quien tenía 20 años de trabajar en el banco, conoció a Jahaira en un bar en San José.

La mujer –de contextura delgada, baja estatura y pelo rizado– le metió conversación y se mostró simpatiquísima.

Según las investigaciones judiciales posteriores a la muerte de Juan Carlos, ella le contó a él en aquel bar que había estudiado Medicina en México, que era de Grecia (Alajuela) y que estaba separada de su esposo porque era un hombre muy peligroso y la agredía.

Lo que jamás dijo aquella noche fue que había estado casada dos veces, que tenía dos hijos (con su segundo marido) y que los había abandonado para ver a cuál otro hombre enredaba en su telaraña de mentiras.

Después de aquella conversación en el bar, Juan Carlos y Jahaira siguieron viéndose. Así la mujer supo que Juan Carlos ganaba muy bien, era dueño de una casa y un lote en Moravia, de una casa de playa en Liberia, del Audi azul y un carro más.

Un día, para seguir envolviéndolo en su red, Jahaira le dijo que estaba embarazada de él y que probablemente eran gemelos. A los días estaban viviendo juntos.

Lo del embarazo era mentira y para tratar de salir de ella, Jahaira le hizo creer a Juan Carlos que había tenido un aborto y que había ido a la Clínica Bíblica a hacerse un chequeo. Todo eso, por supuesto, también era falso.

Relación lo cambió

Juan Carlos estaba tan enamorado de Jahaira (entonces de 31 años) que se casaron el 22 de noviembre de 2014, solo cuatro meses después de que ella se divorciara de su segundo marido.

La ceremonia se llevó a cabo en Gravilias de Desamparados pues la familia del contador es de Calle Fallas. Era la primera vez que el contador se casaba y sus padres no estaban muy contentos con el acontecimiento que, se suponía, era una celebración.

Don Jesús Monge Astúa, el papá de Juan Carlos, contó a La Teja que ellos nunca estuvieron de acuerdo con la relación porque Jahaira era muy controladora, no le gustaba que Juan Carlos los visitara y que ella lo había cambiado mucho.

“Las madres tienen un sexto sentido y cuando él salió para la iglesia (la mamá) le dijo: ‘papi, todavía hay tiempo, deje todo botado’. Pero él dijo que ya estaba decidido y ya ahí uno no puede hacer nada", detalla don Jesús.

El señor describe a su hijo como un muchacho muy alegre, con un gran corazón, muy pendiente de su familia y sus amigos. Sin embargo, afirma que sus actitudes empezaron a cambiar desde que conoció a Jahaira.

"Ella le controlaba el celular, entonces lo que él hacía era que nos llamaba del banco. Ella quería que cortara la relación completamente con nosotros”, afirma don Jesús.

Se vendió como la víctima

Pese a todos los consejos de sus padres y de amigos para que se alejara Jahaira, Juan Carlos no lo hizo. Seguía tan enamorado que se dejó convencer por ella y le puso una estética y spa en el centro comercial Plaza Los Colegios, en Moravia.

“Invirtió veinticinco millones de colones, le compró todo lo del salón nuevo, era lujosísimo y fue ahí donde ella empezó a idear el plan para matarlo fingiendo ser víctima de violencia”, explica el exagente del OIJ Anthony León.

Las investigaciones posteriores a la muerte de Juan Carlos permitieron saber que meses antes del homicidio, Jahaira empezó a llegar al salón con moretones y quemaduras de cigarro.

“Le había comentado a la empleada (del salón) que Juan Carlos la agredía, que le apagaba cigarros en los pechos y en los brazos, que le provocaba moretones, que le pegaba y que tenía una conducta sumamente agresiva y que ella necesitaba defenderse", explica León.

La empleada cayó en la trampa y le recomendó a un hombre llamado Oscar para que la enseñara defensa personal.

Ese hombre, oriundo de Guadalupe y conocido como “Coco”, empezó a ir al salón para, supuestamente, darle clases a escondidas de Juan Carlos pero al final, con sus mentiras Jahaira terminó enamorándolo y se hicieron amantes.

Pero eso no la sosegó.

“Jahaira ya no solo le empieza a vender la idea a la empleada de que ella es víctima de violencia doméstica sino también a este otro sujeto y como Oscar ya tenía un sentimiento hacia ella no podía permitir que alguien estuviera agrediendo a la mujer que él quería. Es ahí donde se da la planeación de que eso no puede seguir pasando”, explicó el investigador.

Jahaira y Oscar idean atacar a Juan Carlos aprovechando que él siempre tomaba la misma ruta cuando iba a recoger a su mujer para llevarla a la casa.

Trampa mortal

Los investigadores descubrieron que al inicio la idea de la pareja era matar a Juan Carlos a balazos e incluso habían utilizado plata de él para comprar un arma.

"Quedó registro de la extracción de dinero y que se dio el intercambio entre estas personas, sin embargo, Oscar llegó a timar a Jahaira porque días después de que ella le dio el dinero (¢300.000), él le dijo que lo habían asaltado y que le habían quitado el arma”, revela el investigador.

Como el plan de los balazos no funcionó la mujer le pidió a su amante que siguiera adelante con el plan, pero utilizando un puñal.

Llegaron a la conclusión de que la fecha ideal para el crimen era el sábado 18 de julio lo más tarde posible para no tener testigos.

Para que todo calzara, Jahaira le inventó a su esposo, con quien llevaba apenas ocho meses de casada, que tenía clientes en el salón y le pidió que llegara a recogerla pasadas las 11 p.m.

Lo de los clientes también era mentira. Era otra parte del plan.

“Estaban esperando que anocheciera más para tener un dominio del lugar, sin posibles testigos, porque entre más tarde menos tránsito vehicular en la zona”, relató el exagente.

Cuando Juan Carlos llegaba por ella, Jahaira acostumbraba sentarse en el asiento del copiloto, pero aquella noche decidió ir al asiento posterior, justo atrás de su esposo, junto con su empleada, a quien iban a ir a dejar a su casa.

No habían transitado ni un kilómetro cuando Jahaira salió con que quería vomitar y fue cuando le pidió a Juan Carlos detenerse y él lo hace. Al bajar, la mujer deja la puerta abierta y le pide a su empleada que le ayude.

En ese momento aparecen dos hombres. Uno (no se pudo determinar quién era) se metió por la puerta trasera y sujetó el cinturón de seguridad de Juan Carlos para que él no pudiera defenderse y Oscar empezó a apuñalarlo por la ventana. Le dio en total 25 estocadas.

En medio de su supuesto dolor, Jahaira llamó al 911 para pedir ayuda.

Los agentes que llegaron después al lugar encontraron allí la funda del arma y les llamó la atención que el contador tenía todas sus pertenencias. La idea de un asalto no se sostenía.

Llamadas la cantaron

Cuando fue entrevistada por la Policía Jahaira dijo que ella no había logrado ver nada del ataque porque estaba vomitando. Pensó que engañaría fácilmente a los agentes, pero ellos dudaron y al revisar el lugar no encontraron nada que indicara que una persona había vomitado allí.

Una semana después del ataque a Juan Carlos, los agentes judiciales recibieron una llamada anónima en la cual les decían que debían investigar a Jahaira.

“Ella empezó a llegar constantemente a la oficina para reclamar las pertenencias del fallecido como su carro, la billetera, sus tarjetas de crédito y vendía su papel de víctima solicitando el anillo de matrimonio porque decía que era muy especial para ella”, recuerda el funcionario judicial.

Detenerla en ese momento no era posible porque no se contaba aún con pruebas suficientes.

Al mes de enviudar Jahaira decidió vender todo lo del salón para pasar su supuesto luto en Grecia, su lugar de origen. Por supuesto que los agentes la seguían teniendo en la mira.

Al rastrear sus llamadas telefónicas descubrieron que un día antes del crimen e incluso minutos antes de los hechos y después de haber enterrado a su esposo ella se comunicaba con Oscar.

Las llamadas terminaron de armar el rompecabezas.

Quedó claro que Oscar era el hombre que había apuñalado a Juan Carlos y entonces fueron tras él.

El 16 de junio del 2016 fueron hasta una escuela en Guadalupe, donde se estaba graduando una hija suya. A los agentes les presentó una cédula falsa para tratar de engañarlos, pero no lo logró y quedó detenido.

Final inesperado

Cinco días después de la captura de Oscar los agentes localizaron a Jahaira, que en vez de estar llorando la partida de su amado ya enredaba a otro hombre en su telaraña.

La mujer estaba viviendo en Grecia con el dueño de un bar y restaurante del lugar y fue allí donde la detuvieron.

El 14 de agosto de 2017 cayó sobre Jahaira y sobre Oscar todo el peso de la ley. El Juzgado Penal de Goicoechea sentenció a la mujer a 25 años de cárcel y a su amante y asesino le recetó 20 años.

Los jueces determinaron que todos los bienes de Juan Carlos pasarían a manos de sus padres, así que al final “la viuda negra” se quedó si nada.

* También le podría interesar:

La misma radiobase los cantó
El análisis de rastreos telefónicos por medio de las radiobases (antenas) de celulares fueron clave para esclarecer el asesinato. A partir de ahí se ubicó a los dos sospechoso en el sitio del ataque a Juan Carlos, se identificó a la persona con la que tanto hablaba la sospechosa y se logró establecer que la frecuencia de llamadas no fue casual sino que se dio desde días previos a la muerte de Juan Carlos, aumentaron el día del hecho y se mantuvieron días después.