Para los estafadores cualquier forma de hacer plata es válida, por lo que dos de ellos decidieron enfocarse en darles por la jupa a los dueños de caballos de raza y quedarse con sus valiosos animales valiéndose de una aplicación en Internet.
Los vivazos ya tienen todo bien planificado y han tenido éxito en dos ocasiones, pero en uno de sus intentos el tiro les salió por la culata y se les cayó el negocio.
Lo anterior fue confirmado por Minor Rojas, vecino de Orosi de Cartago, quien comentó que los mañosos quisieron engañar a su papá para robarle a Calixo, un ejemplar de raza criolla y cruzado con cuarto de milla.
Rojas decidió contar lo que les sucedió a ellos después de leer la nota que publicó La Teja el pasado 29 de enero sobre una pareja de Cachí de Cartago a la que le robaron el ruco después de reunirse con los estafadores en Hatillo, San José.
Según Minor, se trata de los mismos maleantes, debido a la forma en la que actuaron.
Al igual que sucedió con el caso de la pareja, Minor comentó que él fue contactado por un tal “don Carlos”, quien lo ubicó gracias a una aplicación de compra y venta en la que dieron a conocer que estaban vendiendo el caballito.
“Me pidió información sobre el caballo, así que le pasé unas fotos y videos de Calixo. Luego acordamos reunirnos el domingo veinte de enero en la mañana", dijo.
Minor dijo que el supuesto comprador lo llamó para decirle que mejor dejaran el “bisnes” para el lunes. Rojas indicó que por motivos de trabajo él no podía ir ese día, por lo que le pidió a su papá que se encargara y se reuniera con el muchacho. El señor fue el chofer del camión y un ayudante.
Guiados a la trampa
Minor dijo que el comprador les pidió reunirse en Hatillo 4, en una cancha de deportes que se ubica detrás del centro comercial Plaza América. Lo curioso es que en ese lugar también citaron a la pareja brumosa a la que le habían robado un caballo anteriormente.
“El tal don Carlos llamó a mi papá y le dijo que lo esperara porque se había atrasado un poco debido al trabajo. Mientras estaban alistando al caballo llegó un tipo sin pinta de vaquero, que supuestamente era el montador y que el señor (“Carlos”) había mandado a reunirse con papá”, contó Rojas.
El papá de Minor, quien tiene el mismo nombre, sospechó de la situación, por lo que prefirió no darle a Calixto al “montador”, pero en un descuido el sujeto se subió al caballo a la fuerza y salió como alma que lleva el diablo, por lo que el conductor del camión y su ayudante se le pusieron al corte.
Amenazados
Durante la persecución el camionero perdió de vista a Calixto por unos segundos, pero unas personas que pasaban por ahí le dijeron por dónde tenía que agarrar. Según Rojas, el chofer vio cuando el ”jinete” se metió dentro de un charral con la intención de esconderse, pero de lejos vio que sobresalían el pico de la montura y las orejas del ruco.
“El muchacho del camión y su ayudante se bajaron y le arrebataron el caballo al sujeto con quien discutieron, pero en eso pasaron dos motos sospechosas por lo que prefirieron montar a Calixto al camión e irse a recoger a mi papá que se había quedado en la cancha de deportes”, añadió.
Una vez que tenían al ruco seguro dentro del chunche decidieron regresar a Orosi, momento en el que recibieron una llamada de "don Carlos”, quien se mostró molesto por lo sucedido.
“Al rato llamó este señor amenazándonos de muerte, en caso de que no apareciera el muchacho. Les dijo que los alcanzaría en Ochomogo para agarrarlos a balazos, pero al final no hizo nada”, dijo Minor.
Rojas contó que ellos no pusieron la denuncia en el OIJ porque pensaron que nadie les iba a dar pelota, ya que evitaron el robo, pero aseguró que piensan hacerlo para evitar que otras personas caigan en la trampa.
Primera víctima
Quien no corrió con la misma suerte fue el ganadero Alexánder Hernández, de Guápiles, quien, al parecer, fue el primero en caer en la trampa de “don Carlos” y su “montador”.
Ellos le robaron a Hernández un caballo de raza ibérico llamado Duende, el cual ofreció en ¢1,5 millones por medio de la misma aplicación de compra y venta que usaron Minor y su papá.
“Al escucharlo parece que se trata de un carajo muy decente y aunque uno es arisco para los negocios, él tenía mucha labia y me llevó entre las patas”, contó.
Don Alexánder dijo que los hechos ocurrieron la tarde del sábado 8 de diciembre del año pasado y en la misma plaza donde quisieron robarle el caballo al papá de Minor.
Al igual que a la otra pareja a la que le robaron el ruco, A Hernández le echaron el cuentazo de que un montador daría una vuelta en el animal para saber cómo se comportaba, pero el montador y Duende nunca regresaron. Ese día Hernández presentó la denuncia ante el OIJ, pero hasta el momento no ha recibido noticia alguna. Si usted tiene información sobre este ruco contacte a don Alexander al teléfono 8328-6251.
La Teja le consultó al personal del OIJ si tenían alguna investigación relacionada a una banda dedicada a dar este tipo de golpes en Hatillo, pero indicaron que no disponían de información sobre esta situación.