El exjugador del Deportivo Saprissa, Christian Bolaños, por fin pudo disfrutar de una de las actividades que más le gustan sin miedo a que lo critiquen.
El ahora encargado de la Academia del cuadro morado, pasó un sábado lleno de sabor y música junto con su esposa Jazmín Salas y amigos y es que ahora que ya no tiene compromisos deportivos con el primer equipo, con más razón volvió a ir al Festival Picnic.
Mientras sus excompañeros jugaban en Liberia, él bailaba y cantaba al ritmo de artistas como Manuel Turizo, Arcángel y Bizarrap.
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Salas compartió diferentes historias en su perfil de Instagram donde se le ve a Bola muy feliz y tranquilo, posando para la cámara sin miedo a protagonizar otra polémica como la del 2022, cuando se perdió un partido, que Saprissa que perdió por una lesión, que no le permitió jugar, pero sí ir a Picnic.
El año anterior fue similar, a diferencia de que los morados no tenían partido ese fin de semana, pero es que a muchos aficionados no les gusta nada ver que sus jugadores asistan a este tipo de actividades.
En el 2022 gran parte de la afición hizo que el exvolante se convirtiera en tendencia, porque lo culpaban de la derrota ante el Santos de Guápiles sin creer que de verdad estaba lesionado.
En esta ocasión, Bola no vio la mejenga de los morados contra Liberia, que la S ganó 2 a 1 en Tierra Blanca.
Ahora, el exmorado podrá disfrutar de conciertos, fiestas y demás sin molestar a nadie y sin que nadie lo critique, una de las ventajas que le ha dejado su reciente retiro de las canchas.