El papa Francisco falleció este 21 de abril y ahora el Vaticano tiene la complicada tarea de elegir su reemplazo, un proceso que ya inició la “sede vacante”.
El máximo líder de la Iglesia Católica murió a sus 88 años y con eso deberán empezar un proceso de elección para elegir al nuevo papa, situación a la que se le conoce como cónclave.
Primero que todo, hay que dejar claro que solo hay dos formas de reemplazar a un papa, una es que muera el actual y otra que renuncie. En este caso, se dio la primera, por lo que la Iglesia entró en sede de vacante.
El cónclave inicia con una misa especial y un juramento de secreto. Luego, los cardenales se trasladan a la Capilla Sixtina, donde comienzan las votaciones. Cabe mencionar que solo pueden votar los cardenales menores de 80 años y se aislan sin teléfonos, ni Internet ni intermediarios.
¿Cómo se vota?
- Cada cardenal escribe un nombre en una papeleta.
- Los votos se recuentan y se queman tras cada ronda.
- Para ser elegido, un candidato necesita 2/3 de los votos.
- Si no se alcanza la mayoría en varias rondas, pueden cambiar el método de votación.
- Se realizan hasta 4 votaciones diarias (dos en la mañana y dos en la tarde).
Si las elecciones están muy apretadas y ningún candidato tiene los votos necesarios, lo avisan por medio de humo negro, esto porque queman los votos con sustancias químicas para producir este color.
Pero si, en cambio, se elige un a nuevo papa, lo anunciarán con humo blanco, lo hacen quemando las papeletas sin químicos y con paja seca.
Una vez que un cardenal es elegido y acepta el cargo, se le pregunta: “¿Aceptas tu elección canónica como sumo pontífice?” Si dice “Acepto”, se convierte en papa en ese momento, luego elige su nombre papal (como Francisco, Juan Pablo II, etc.)
El cardenal protodiácono anuncia al mundo: “Habemus papam” (Tenemos papa) y al final el nuevo papa se viste de blanco y aparece en el balcón de San Pedro para dar su primera bendición.