En medio de las voces, aromas y colores que llenan el Mercado Municipal de Cartago, hay un puesto que no pasa desapercibido, no por su tamaño, sino por la calidez de quien lo atiende y de su historia.
Se trata del tramo “La Amistad”, un negocito con más de 45 años de historia, hoy en manos de Guido Alberto Quesada Quesada, un verdadero vecino de Cartago de 57 años.
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Don Guido lleva años levantándose temprano para ofrecer frutas y verduras frescas, tal y como lo hacía su suegro, don Eladio Masís, el fundador del tramo. Fue gracias a él que este negocio familiar echó raíces en el mercado, y hoy sigue siendo un punto fijo para muchísimos clientes que, semana a semana, llegan a buscar su mandado… y la buena atención que lo caracteriza.
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Don Guido no solo vende frutas y verduras, vende recuerdos. Vende el ejemplo del trabajo honesto y la palabra amable que ya escasea en los pasillos del mundo.
Junto a su esposa, Lidia Masís, don Guido mantiene viva la tradición con esfuerzo y cariño. Él mismo cuenta que este trabajo es más que una rutina: es su manera de llevar el sustento a su familia y de honrar una herencia de dedicación.
“Me encanta lo que hago, porque gracias a este tramo hemos salido adelante. Además, aquí llegan clientes de toda la vida, que ya son más que clientes, son amigos”, comentó con orgullo.
En tiempos donde todo cambia de prisa, don Guido es de esos que resisten, que insisten, que inscriben su nombre en la memoria de los que aún creen que la vida se cultiva con las manos.
Con una sonrisa, productos frescos y el cariño de siempre, sigue cosechando confianza todos los días desde su rincón en el mercado de Cartago.
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