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Los perros son famosos por ser los mejores amigos del ser humano, pero también por su instinto protector. Muchos dueños se preguntan por qué su mascota ladra sin parar a algunas personas y a otras no les hace ni caso. Pues resulta que hay una razón científica detrás de esa conducta.
Según expertos en etología, la rama que estudia el comportamiento animal, los perros no solo reaccionan por lo que ven, sino por lo que perciben. Captan señales visuales, olores, actitudes y hasta la energía de las personas. Si algo no les cuadra, su instinto defensivo se activa.
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Cuando un perro siente que alguien trae malas vibras o algo raro, ladra y se pone en alerta. Esto pasa más en perros que no han sido bien socializados, porque sienten la necesidad de proteger su territorio.
Socializar desde cachorros es clave para que no se asusten ni se vuelvan agresivos. Lo ideal es hacerlo desde las 3 hasta las 14 semanas de vida, pero nunca es tarde. Llevarlos a parques, que conozcan otros perros y personas de todo tipo (niños, adultos mayores, gente con bastón o gorros) ayuda muchísimo.
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Consejos para cuando llegan visitas
Si su perro se pone nervioso cuando alguien entra a la casa, hay formas de ayudarlo:
- Sáquelo a caminar antes para que esté relajado.
- Mantenga el ambiente en calma.
- No lo obligue a saludar.
- Dígale a la visita que no lo mire directo ni le hable de una vez.
- Refuerce la buena conducta con cariño o premios.
Y nunca lo castigue si ladra o se asusta, mejor retírelo con calma y vuelva a intentarlo en otro momento.
