Andy Spary, un carpintero británico, de 39 años, y corredor aficionado, creyó que el intenso dolor que sentía en su glúteo izquierdo era consecuencia de una caída que sufrió mientras hacía ejercicio.
Durante semanas, esa molestia persistente fue atribuida a una lesión deportiva, sin que sospechara que el dolor se debía a una causa más grave.
La sensación, que Andy describió como “una quemazón muy intensa”, no parecía encajar con los síntomas comunes de un cáncer de intestino, lo que llevó a los médicos a considerar una lesión muscular.
Sin embargo, tras realizarle estudios más detallados, como una resonancia magnética y una biopsia, el diagnóstico cambió por completo.
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Los resultados confirmaron la presencia de un tumor en el intestino, que ya se había diseminado a los ganglios linfáticos cercanos, según reportó el medio Daily Mail. La noticia fue devastadora: cáncer de intestino en etapa tres.
Los especialistas sospechan que el cáncer podría estar vinculado con la enfermedad de Crohn, una afección inflamatoria que Andy ya padecía y que puede causar un crecimiento anormal de células en el tracto digestivo.
Pese a todo, Andy no se da por vencido y planea correr la Maratón de Londres en 2026 para recaudar fondos para la organización benéfica Trekstok.
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Actualmente, continúa recuperándose en el hospital, donde ya logró sentarse y dar sus primeros pasos.
“Tener como meta correr mi primera maratón el próximo año, con la bolsa y todo, es lo que me motiva a seguir adelante.
“Después de todo esto, volveré a estar de pie, más fuerte y más sano, sin Crohn y sin cáncer. Todo resuelto”, concluyó.