Gustavo Salazar es un pulseador que desde siempre tuvo claro que quería continuar el legado familiar y compartir esos sabores caseros con los que creció.
En 2011 su familia empezó a vender empanadas entre conocidos y familiares, con una receta que venía directamente de la abuela.
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Luego, abrieron su local en San José bajo el nombre de empanadas El Castor. Unos tres o cuatro años después tomaron la decisión de independizarse, renovar la propuesta y buscar algo más atractivo y llamativo.
“Este proyecto empezó como un negocio familiar, pero con el tiempo decidimos hacer algo más nuestro. Cambiamos la fachada, mejoramos el producto y nos vinimos para esta zona”, contó Tisha Vindas, socia del negocio.
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Es así como llegaron a la rotonda de la Betania, en San Pedro.
Al ser un proyecto nuevo en la zona, tenían que buscar la forma de darse a conocer, razón por la que Gustavo decidió ponerse a repartir volantes con el fin de que más personas conocieran su local.
Con esfuerzo y paciencia fueron construyendo su clientela y ganando visibilidad en redes sociales, las cuales se convirtieron en una herramienta clave para su crecimiento.
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La primera empanada que hicieron fue la de carne, y gracias al apoyo de las personas, el menú fue creciendo. Actualmente ofrecen empanadas de pollo, queso, papa con chorizo, frijol con queso, plátano con queso y hasta empanadas combinadas o personalizadas, según el gusto del cliente.
La empanada estrella sigue siendo la de carne con queso, la tradicional que nunca falla y la más buscada por los adultos. Pero también tienen opciones más atrevidas, como la de nuggets con queso cheddar, una de las favoritas entre los más jóvenes.
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Los olores que salen del local son toda una tentación, ya que apenas uno llega, lo primero que quiere es probar algo. En mi caso, me dejé tentar por la de carne con queso, y fue toda una experiencia. Al partirla por la mitad, el queso se robó el protagonismo, derretido y con ese sabor que solo tiene algo hecho con cariño.
La de nuggets, por su parte, es una sorpresa total, es original, sabrosa y con un toque picantito que la hace diferente.
La masa también es otro nivel. Es delgada y viene con una salsa especial que le da el toque final. Esa salsa, de verdad, merece mención aparte, ya que es única, diferente y hace que cada bocado sea aún mejor. Perfectas para el desayuno o ese cafecito de la tarde que tanto se disfruta.
Los precios de las empanadas van desde los 1.100 colones, dependiendo del relleno. Además, el menú no se queda solo ahí, pues también ofrecen burritos, enyucados, papas fritas, tacos y más, todo a precios accesibles que empiezan desde los 1.000 colones.
“Tratamos de ser diferentes, que cuando alguien venga se sienta en casa. Mantenemos la receta original y le damos ese toque especial que no se encuentra en otros lados. Nos gusta chinear a los clientes”, comentó Tisha.
Gustavo, por su parte, destacó con orgullo que todos en su familia han sido parte de este proceso. Él insiste en que la clave ha sido mantener viva la receta original de la abuela, pero al mismo tiempo innovar con nuevos rellenos al menos una vez al año para seguir sorprendiendo a sus clientes.
“Es la receta de la abuela, con lo que hubiera en la cocina. Nosotros cuidamos mucho el sabor de la masa, la hacemos delgada y los rellenos siempre tratamos de variarlos, de ofrecer algo nuevo”, agregó Salazar.
Muchas personas aprovechan para hacer sus pedidos para llevar, mientras que otros se quedan un ratito compartiendo.
Más que un negocio, este proyecto es una muestra de perseverancia, sabor y cariño familiar.
Si no se quiere quedar con el antojo, puede encontrarlos en Waze como Empanadas El Castor. Cuentan con dos locales: uno en San Pedro, ideal para quienes andan por la capital o alrededores, y otro en Coronado, para los que prefieren algo más cerca de la montaña.
El horario de atención es de lunes a viernes, desde las 6:30 a.m. hasta las 7 p.m.
Además, si quiere ir viendo lo que ofrecen o antojarse antes de llegar, los puede seguir en Instagram como @empanadaselcastor