¿Ha escuchado sobre la leyenda de los duendes? Esa historia que nos contaban de pequeños, de que esos seres engañaban a los niños para llevárselos y no había forma de encontrarlos, pues sus piecitos los tenían al revés.
Pues resulta que Daniel Segura, un vecino de Heredia, decidió ver la historia con una perspectiva positiva, y abrir una cafetería, la cual nombró El Jardín del Duende.
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El lugar destaca por una decoración inspirada en estos personajes, con figuras de duendes en diferentes rincones que le dan un toque peculiar. Además, el sitio ofrece una variedad de postres que completan la experiencia para quienes buscan algo diferente.
El proyecto familiar nació hace tres meses y se ubica 125 metros oeste de la entrada principal de la Universidad Nacional, así que nos fuimos hasta allá para conocerlo.
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“A mi mamá (Roxana Araya) siempre le ha gustado mucho lo que es la pastelería y la repostería, y queríamos hacer un emprendimiento familiar, algo que generara trabajo porque había sido un poquillo complicada la situación.
“Para nadie es un secreto que, a partir de cierta edad, las opciones de trabajo son muy limitadas, entonces acá eso no es una limitante. Los colaboradores son mi papá (Henry Segura), mi tía y mi cuñado, y pensamos hacer algo familiar que nos generara empleo a todos”, nos contó Segura.
A Daniel le han gustado los duendes desde que estaba niño y nunca les ha tenido miedo, pues más bien cree que son amigables y que traen fortuna y felicidad.
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“Al contrario de lo que le inculcan a todo el mundo: ¡ay es que los duendes qué miedo! Que se roban a los chiquitos, que aquí que allá. A mí siempre me contaron como la parte bonita, que era como la historia de que al final del arcoíris, está el duende custodiando la olla llena de monedas de oro, y eso me llamó mucho la atención", detalló.
Lo más curioso de todo es que doña Roxana es la artista detrás de la decoración de este lugar, pues con sus propias manos elabora los duendes, que son hechos con porcelana fría. Muchas personas, incluso, optan por comprar las figuras.
Los muñecos tienen su marca registrada y cada uno tiene su etiqueta; además, incluyen las indicaciones, algo que llama mucho la atención de los visitantes.
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“Las personas se acercan a la urna y dicen que conectan con algún duende en específico y se lo llevan porque quieren buena suerte o dinero, son creencias de cada quien”, indicó el dueño del negocio.
Daniel nos dijo que, de hecho, hay un duende llamado Fortunato, que se sienta justo cerca de las mesas y muchos le dejan monedas y le piden algún deseo.
El lugar es pequeño, pero bastante acogedor, perfecto para una tarde de café y hasta hay un espacio para fotos, para aquellos que deseen subir en sus redes.
Si quiere darse un gustito, este es el lugar perfecto, pues hay muchas opciones deliciosas que lo harán salir fascinado.
“Tenemos pan casero, pan con especias, queque seco, lo que es la repostería tradicional y opciones más modernas, como las tortas frías de Bayleys, de maracuyá, queque de chocolate; tenemos un par de postres brasileños: el pavê y el queque de chocolate relleno de brigadeiro”, detalló.
“También tenemos fresas con crema o bien, si desean su vasito con mango, melocotón, de todo un poquito”, mencionó el propietario.
Tuve la oportunidad de probar un vasito de fresas con crema, que lleva un glaseado de leche condensada, dos capas de crema, con marshmallows y maní como topping.
También degustamos otra versión similar, pero con botonetas y pedacitos de galleta Oreo. Ambos estaban realmente deliciosos.
Los precios varían según el tamaño y los toppings elegidos. El vaso mediano, que fue el que probamos y que incluye dos toppings clásicos, cuesta 2.950 colones. El pequeño, con un topping, tiene un precio de 1.950 colones; el grande, con tres toppings, cuesta 4.950 colones; y el extragrande, que incluye cuatro toppings, tiene un valor de 6.950 colones.
El horario de El Jardín del Duende es todos los días de 11 a. m., a 7 p.m. Para más información, puede comunicarse al 8440-4164.