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Don Marino, el herediano más florense de todos, falleció y tuvo un funeral muy especial

Don Marino, icónico personaje en Santo Domingo dijo adiós de la mano de su amado Herediano

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Don Marino Cantillano era todo un ícono en Santo Domingo  y un ferviente aficionado al Herediano. Foto: Cortesía.

Santo Domingo, la provincia de Heredia y el Club Sport Herediano perdieron esta semana a más que un habitante, perdieron a un personaje y un fervoroso aficionado tras el fallecimiento de don Marino Cantillano, de 96 años.

Este lunes, nueve hijos, sus nietos y bisnietos le dijeron adiós luego que cumplió una vida llena de cariño, amor familiar y volverse un ícono de su cantón, donde era conocido por ser una persona multifacética en la que, por supuesto, su amor al Team siempre sobresalía.

Cada vez que los florenses alzaban un campeonato, su restaurante, Marino Pizza, era el punto de referencia de muchos para armar el fiestón.

En el 2012, cuando los rojiamarillos levantaron de nuevo la copa tras 19 años de sequía, don Marino y su familia lo celebraron con todo, pues el señor estuvo siempre, tanto en las buenas como en las malas, su pasión no tenía que ver con campeonatos, por algo desde los años 70 era socio del club.

Don Marino Cantillano era todo un ícono en Santo Domingo  y un ferviente aficionado al Herediano. Foto: Cortesía.

La institución le reconoció su fidelidad y cariño el 31 de marzo del 2022 cuando le dedicó un partido en el estadio Colleya Fonseca, ¿qué día más feliz que aquel para su viejito?, según nos contó uno de sus hijos, Felipe. A la familia no le cabía el pecho en el orgullo al verlo.

“Era el herediano más herediano de Santo Domingo , hoy en el entierro se fue con una bandera de Heredia dentro y fuera del ataúd. De la iglesia al cementerio toco un conjunto, que se ofreció sin cobrar, la Cimarrona Santo Domingo, en el trayecto se iba gritando “¡Viva Heredia!”, nos contó.

Desde que Felipe era un niño se acostumbró a ir al estadio con su papá y con toda la familia, pues afirma que son muy unidos. Él era el único varón y junto a sus ocho hermanas todos se iban juntos a hacerle barra al Team, donde sea que fuera.

“Papá era superfanático, tanto que todos los días era el que compraba el pan y cuando Heredia perdía no había pan. Iba al estadio y andaban diez personas con él”, destacó.

Don Marino Cantillano era todo un ícono en Santo Domingo  y un ferviente aficionado al Herediano. Foto: Cortesía.

Las consideraciones no acaban allí, nos contó el hijo que el equipo le había prometido un detallazo para cuando estuviera listo el nuevo estadio si su salud se lo permitía.

“Él estaba invitado a la inauguración del estadio, la junta directiva lo había invitado con una silla especial, la verdad que en el equipo siempre lo trataron muy bien”, añadió.

Felipe nos dijo que tiene entendido que el sábado incluso se realizará un minuto de silencio.

En la pizzería se notaba la pasión por los colores, además de verse el rojimarillo por todo lado, una pasta y una pizza llevan el nombre, ¡Viva Heredia!, una muestra más de ese cariño.

Don Marino Cantillano era todo un ícono en Santo Domingo  y un ferviente aficionado al Herediano. Foto: Cortesía.

El legado de don Marino, eso sí, va mucho más allá de ser un reconocido aficionado florense y de su restaurante, pues en su comunidad era todo un personaje muy querido.

Durante sus años mozos, fue ebanista, por lo que en las casas de medio cantón hay muebles hechos por él e incluso las bancas de las dos iglesias católicas en Mingo las hizo él. En el templo también era un persona muy querida junto a su esposa, doña Julia.

La señora falleció hace siete meses, tiempo en el que don Marino quedó muy golpeadito y decía que le hacía falta su amada, que no sabía vivir sin ella, por lo que Felipe afirma que ella se lo llevó.

Don Marino Cantillano era todo un ícono en Santo Domingo  y un ferviente aficionado al Herediano. Foto: Cortesía.

“Cuando llegue el nuevo alcalde, mi papá tenía una silla a nombre de él que la municipalidad le dio y que alguno de nosotros irá en representación. La alcaldía lo invitó al traspaso de poderes de alcalde.

“Siento un orgullo tremendo de ver tantas muestras de cariño, mi papá era conocido por muchas cosas, en las fiestas de Santo Domingo siempre andaba montando en el carro que llevaba el grupo que iba tocando, bailaba cada vez que había payasos, se involucraba mucho con la comunidad. Era un personaje en todo el sentido de la palabra que tenía muchas facetas, no solo fútbol”, destacó.

Don Felipe se despidió haciendo la reflexión que su papá era ese tipo de personajes que se han ido perdiendo en nuestros pueblos, el alma de una comunidad y que representaba otra Costa Rica.

Don Marino Cantillano era todo un ícono en Santo Domingo  y un ferviente aficionado al Herediano. Foto: Cortesía.
Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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