Farándula

Los príncipes Guillermo y Enrique inauguran estatua de su madre Diana

La princesa de Gales hubiera cumplido 60 años este jueves

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El príncipe Enrique y su hermano mayor Guillermo, segundo en la sucesión al trono británico, inauguraron este jueves una estatua en homenaje a su madre, Diana, en el palacio de Kensington, una reunión familiar que pondrá a prueba su relación.

La princesa de Gales, Diana Spencer, que murió en un accidente de carro en París, en 1997, habría cumplido 60 años este mismo día.

La estatua, diseñada por Ian Rank-Broadley, está en los jardines de Kensington, su antigua residencia y la actual de su hijo Guillermo, heredero de la corona tras su padre Carlos y se inauguró en presencia de unas 30 personas, entre ellas miembros de la familia Spencer.

El príncipe Carlos, con quien Diana se casó un 29 de julio de hace 40 años y del que se divorció en 1996, no debería participar en la ceremonia, según uno de sus familiares citado por el diario Sunday Times, para no “reabrir viejas heridas”.

Se dice que el príncipe Carlos se aseguró de estar en Escocia para esta fecha para no tener que cruzarse con Harry, que está alojándose en su casa de Frogmore Cottage, en Windsor.

Batalla de hermanos

Pero más que el homenaje a la difunta princesa, lo que está en juego en esta ocasión es si el reencuentro de los dos hermanos puede aliviar la crisis provocada por el sorprendente abandono de Enrique de sus funciones oficiales como miembro de la familia real británica y la explosiva entrevista que concedió en marzo junto a con su esposa, la exactriz estadounidense Meghan Markle, a la estrella de la televisión norteamericana Oprah Winfrey.

El duque y la duquesa de Sussex provocaron especial conmoción en la institución monárquica al asegurar que uno de los miembros de la realeza se había comportado de forma racista al cuestionar el color de piel que tendrían sus hijos, dado que la madre de Meghan es negra.

Los miembros de la familia real “no son en absoluto racistas”, respondió el príncipe Guillermo, de 39 años, al ser preguntado poco después al respecto durante un acto oficial.

Del mismo modo, el hecho de que su hermano menor, de 36 años, que vive en California con su mujer y sus hijos, dijera de él que está atrapado en la familia real no debió ser del agrado del hombre destinado un día a llevar la corona.

Desde entonces, los dos hermanos se vieron brevemente en el castillo de Windsor con ocasión del funeral de su abuelo, el príncipe Felipe, en abril, pero sin signos aparentes de que las tensiones hayan disminuido.

Según el diario Daily mail, que cita una fuente de la realeza, su regreso a territorio británico brindó la oportunidad a los dos hermanos de hablar de la victoria de Inglaterra sobre Alemania en la Eurocopa, alimentando la esperanza de un posible acercamiento entre ambos.

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