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Cantante en Líbano: “Se escuchó como una bomba, superfuerte, como si fuera un terremoto”

Explosiones provocaron 137 muertos y 5.000 heridos, además hay decenas de personas desaparecidas

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El cantante mexicano Ruén Roguez, mejor conocido como “Ruensito”, vive en Beirut, la capital libanesa, desde hace poco más de un año.

Al relatar cómo vivió las explosiones que el martes sacudieron la ciudad, y que dejaron a su paso una ola de destrucción, afirma que su corazón está roto. “Se necesita dinero y la ayuda urge. La ciudad está destruida”, afirma.

Las explosiones causaron al menos 137 muertos y 5.000 heridos en la devastada capital libanesa, que todavía sigue buscando a decenas de desaparecidos.

El martes, el cantante y su equipo (tiene una agencia de medios), debían revisar material promocional para el lanzamiento del segundo sencillo de su nuevo disco. Poco después de las 6 de la tarde, hora local sonó la primera explosión.

“Se escuchó como pirotecnia. Mi equipo se levantó y salió a la terraza, y entonces se escuchó como una bomba, superfuerte, como si fuera un terremoto”.

La oficina, pese a estar a 2 kilómetros del puerto donde ocurrieron las dos explosiones, tuvo destrucción total, dice el músico.

De sus compañeros, algunos resultaron con heridas leves. Unos se escondieron en el baño, recuerda. Otros, junto a las paredes. Pensaron que solo era el principio. Que vendrían más explosiones. Ruén intentó calmarlos y les pidió llamar a sus familias.

Unas dos horas después, el mexicano regresó a casa. Y aunque desde la terraza de su oficina había visto las consecuencias de la tragedia, recorrer las calles y ver los edificios destruidos le dio la verdadera dimensión de lo ocurrido. “Estuvo catastrófico. No tengo palabras”.

Se le corta un poco la voz y continúa: “Mi corazón está roto. Siento tristeza, mucha tristeza”.

Un día después, vino el recuento de daños. “La gente está limpiando las calles, otra está haciendo voluntariado, llevando comida y ropa”.

Se abrieron refugios para la gente que no tenía dónde dormir. Otros se refugiaron en las montañas. Ruén decidió pasar de la conmoción a la acción.

“Amo a este país, no sabes cómo me han recibido. Aquí me he sentido especial. Me da mucha tristeza pensar lo que esto va a causar. Lo que esto suma a lo que ya traía Líbano”.

La situación económica, explica, ya era muy difícil. Está seguro de una cosa: “Beirut no se va a reconstruir si no es por la ayuda externa. No tiene una forma de ingreso. Su mayor forma de ingreso son las remesas. No hay empleo. Se necesita dinero”.

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