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Así sería ir de compras al supermercado en El Salvador, algunos precios le sorprenderán

Comercios salvadoreños ofrecen una oferta variada de productos nacionales

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Uno de los puntos en los que la gente suele medir el estado y la economía de un país es cuando va a realizar compras en un supermercado, ahí es donde usted se cuenta de lo que vale todo.

En la vueltita que nos dimos por El Salvador, esta fue una de las cosas en las que nos quisimos fijar, y averiguar cómo sale ir al súper en ese país en una economía dolarizada desde el año 2000. ¿Será que está más barato que en Tiquicia?

Como lo dijimos en el primero de nuestros reportajes de la serie en la nación cuscatleca, algunos salvadoreños se la tienen que jugar con un salario mínimo de $365 (casi ¢195 mil) por lo que hay que saber muy bien en qué gastar y dónde.

Para hacer el ejercicio de esta nota nosotros fuimos a un supermercado llamado “Súper Selectos”, que es la cadena más grande y conocida en ese país, pero según nos explicaron, algunos lugareños, las personas más humildes y de menores ingresos allá, no suelen visitar los súper.

Don Róger Pineda, quien se gana la vida como chófer de una microbús de eventos privados, y nos ayudó en nuestro artículo de las gasolinas, publicado este martes, fue quien nos recomendó este supermercado.

Hay tienditas más pequeñas y humildes, que suelen estar en los barrios, y que son algo más grandes que una pulpería. En ellas le venden las cosas básicas más baraticas. El Salvador sigue siendo un país en el que se ve mucha la diferencia entre los más papudos y los que tienen menos.

Así está la cosa

Como es lógico en nuestra pequeña Centroamérica, recibimos muchos productos de todos los países del Istmo y en la tierra cuscatleca no fue la excepción. Casi en todos los pasillos hay productos ticos, lo cual habla bien de las exportaciones de las marcas y el hecho de que allá son consumidos.

Por ejemplo, nos sorprendimos que en el pasillo de la leche en caja que no es refrigerada y en polvo, medio pasillo al menos era ocupado por una marca nacional. Las bolsas de leche Pinito se veían en todos tamaños y ofertas. Estaba a dos bolsas de 350 gramos por $7 (unos ¢3.800).

Las otras presentaciones de leches ticas de un litro estaban entre los $2 y $3 dólares; es decir, entre un rojito y un poco más de un rojito y medio, muy similar a lo que cuestan acá.

La leche fría, la de corta duración, de marca salvadoreña, en su presentación de un litro, se consigue a $1.70; unos ¢945. Acá sí encontramos un precio por unos colones más caro.

Los huevos los encontramos entre los $5 y los $6 un paquete de 30 unidades, lo que serían entre ¢2.600 y ¢3.200, mientras que el paquete de 15 está en $3, más allá del rojo y medio, un precio que sí marca mucha diferencia respecto al alcanzado en Tiquicia.

En el arroz también nos encontramos diferencia, porque una bolsa de casi dos kilos cuesta $2, un poco más de ¢1.000 y la de presentación más grande cuesta $3.5; es decir, dos rojos. Venden unas bolsitas a un dólar que son como de un kilo que, por lo visto, son bastante consumidas.

En cuanto a los frijoles, una bolsa de 4 libras (1,8 kilos) sale en $5.3, casi ¢2.700, al igual que con el arroz venden paquetes pequeñitos de menos de un kilo como para salir de un apuro.

La bolsa de un kilo de azúcar corriente nos la encontramos a un dólar y la de dos kilos y medio, en $2.65, más o menos como un rojo y medio. Una botella de 750 mililitros de aceite de cocina regular estaba en $2, poco más de mil colones. Eso entre los productos de primera necesidad.

Otro pasillo que nos sorprendió la presencia tica fue el de las pastas, en donde una marca costarricense se hace un buen campo y vende sus productos entre los 65 centavos de dólar y los $2.40, precios muy similares a los de acá, más allá que allá sea un producto importado en El Salvador.

También, en lo que se refiere a galletas, hay una amplia oferta de productos nacionales, las cuales están entre el dólar y medio y los tres dólares; es decir, entre unos ¢800 y los ¢1.600.

Finalmente, alguna carne la encontramos en oferta casi a $4, más de 2 rojitos en varias presentaciones, pero la mayoría de los precios andaban entre los $5 y $6 en las góndolas, un poco más de tres rojos.

Tranquilidad a medias

En uno de nuestros días en El Salvador, nos topamos con don Jorge Martínez, un pulseador que vende sorbetes en un parque, una especie de helado de frutas.

Para él, la economía de su país ha ido mejorando, por lo que se siente más tranquilo y con su carrito le alcanza para vivir, aunque él no suele ir a supermercados ni tampoco a esas tiendas.

“Saco para casa, comida y viáticos; uno sale, la economía siento que ha ido mejorando, uno siempre tiene que salir a trabajar, pero hace el esfuerzo, porque igual, no hay de otra”, comentó.

El Salvador ha tratado de mejorar, ha ido creciendo, según los índices del Fondo Monetario Internacional y de otros organismos, pero igual aún no es suficiente.

Por ejemplo, según la proyección de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sobre el crecimiento económico en Centroamérica, publicado en abril de este año, El Salvador es el país del istmo con el menor crecimiento en su economía para el 2023 con solo un 2%. La tarea aún es dura.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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