Protesta a brasier quitado contra la violencia hacia las mujeres

Un grupo de activistas enseñó sus pechos desnudos en el costado este del parque central de San José, al puro frente de la catedral metropolitana, en una protesta por la violencia de la que ellas y otras mujeres han sido objeto.

La manifestación la hicieron el viernes 24 de noviembre, cerca de las 9 de la noche.

En un video se escuchan varias proclamas como la que inicia con gritos y luego una mujer toma el micrófono y dice: "Me violaron por hacer protesta, porque fui violada. Me violaron por las otras violadas. Me violaron, nos violaron", y el grupo contestó: "Nos violaron".

Luego caminaron entre la gente preguntando: "¿Y a usted?, ¿Le gustaría que lo violaran?

La organización de esta inusual protesta se atribuye a varios grupos como Cefemina, el Bloque Feminista Antiespecista y otros.

El Instituto Nacional de la Mujer (Inamu), que realizó una marcha contra la violencia hacia las mujeres el mismo viernes en la mañana, rechazó tener alguna relación con el movimiento nocturno.

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La actividad fue convocada como una vigilia en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer, que se celebra el 25 de noviembre en muchos países.

Las mujeres marcharon por el bulevar de la avenida 4, pintaron mensajes en las paredes de la curia metropolitana y luego se pararon frente a la catedral. Allí, algunas de ellas se quitaron la parte de arriba de su vestimenta quedando con los pechos al descubierto y en calzones, ante el asombro de quienes estaban cerca.

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La Teja intentó comunicarse con ellas para obtener una opinión de lo que pretendían. Se les dejó un mensaje con Tatiana Ballestero, quien nos contestó en Cefemina, pero no devolvieron llamadas. Dijo que todas iban a estar en una capacitación todo el día.

Es la segunda vez que intentamos abordar un tema con esa organización y hacen lo mismo, es decir, tiran la piedra y esconden la mano.

Además, se contactó a Yuleysi Segura por Facebook, una de las organizadoras, pero tampoco respondió.

En el perfil de Facebook de Segura había un pequeño aporte de lo que pretendían. “Denunciar el machismo patriarcal de este Estado y de este Gobierno discriminatorio por clase social, por orientación sexual, por identidad de género. Hay que tener buen estómago para escuchar a Luis Guillermo Solís (Presidente de la República) o a Ana Helena Chacón (vicepresidenta) tirándose flores por su trabajo mientras violentan fuertemente a las mujeres de los sectores más invisibilizados”.

Gregory Garro, presidente de la Feucr apoyó la forma en que hicieron la protesta, pero negó que esa institución hubiera participado activamente. Eso sí, dijo que posiblemente estudiantes de la Universidad de Costa Rica hayan asistido.

“Hay que hacer énfasis en el mensaje que se quiere transmitir. Hay miles de formas de expresarse y todas son válidas. Organizar y articular movimientos sociales en defensa de los derechos de las mujeres y de la no violencia implica una atención importante de la sociedad costarricense”, dijo.

Iglesia le bajó el tono

El vocero que nombró la iglesia católica para este asunto, Manuel Chavarría, le bajó el tono al movimiento, pero dijo que puede ser el comienzo de otras manifestaciones peores.

“No hubo irrespeto a la iglesia como tal. Ni siquiera se arrimaron a las barandas de la catedral. Era como un diálogo participativo en vía pública. Es cierto que atribuir a la iglesia que sea partícipe de violencia contra la mujer puede ser ofensivo, pero no comparamos el acto con una profanación o algo así”, expresó.

Un poco más crítico fue Sixto Varela, vocero de la curia de Alajuela y párroco de San Joaquín de Flores, quien dijo sentir lástima por las mujeres que hicieron eso.

“Tienen todo el derecho de manifestarse, pero en vez de hacerlo para pedir algo, terminaron ofendiendo a otros. Es contradictorio que pidan un derecho e irrespeten a los ciudadanos, como provocar, rayas paredes y desnudarse en vía pública, que es un delito en Costa Rica”, expresó el sacerdote.