La frase "alegronazo de burro" se usa cuando un momento de felicidad se ve opacado de repente, pero para dos familias ese dicho cobra un sentido muy diferente estos días.
Nos referimos a los dueños de los burritos que van para las procesiones de este Domingo de Ramos, quienes se ponen como locos de la felicidad por ver a sus animalitos desfilando.
"A mí me complace mucho, si uno no fuera católico quizás eso no representaría nada, pero como uno tiene esa fe, se siente bonito. Es como una motivación, porque uno no se queda sin hacer nada en Semana Santa, sino que gracias a ellos siente que colaboró, participó y eso se siente bien", apuntó doña Marta Bonilla, dueña de cuatro burritos.
Al igual que ella piensa su señor esposo, don Elías Bolaños, quien dice sentir que el pecho se le infla cada vez que ve a uno de sus peluditos entrando a una iglesia.
"Se siente una satisfacción, algo bonito, a mí me ilusiona cada vez que viene una Semana Santa por verlos a ellos", contó don Elías.
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Esa sensación no la experimentan solo estos vecinos de San Joaquín de Flores, a don Alexánder González le pasa lo mismo.
"Es un orgullo, vieras como me siento de bien cada vez que las veo. Le doy gracias a Dios de que me dio la oportunidad de trabajar en esto. La gente me pregunta que por qué no cobro más, pero yo digo que el señor ya me pagó con poder servir", expresó don Alex, un productor de burros.
De hecho, González dice que eso lo emociona tanto que hasta se siente mal cuando una iglesia deja de llamarlo para pedirle una de sus burritas, aunque sabe que la que quede "sobrando" en cuestión de días encontrará una parroquia que la necesite para su procesión.
Para este par de familias, los burros son casi que como hijos para ellos, por eso es que verlos desfilando, ojalá con alguna imagen de Jesús encima, es todo un orgullo para ellos.
La alegría es todavía mayor cuando llegan personas y tocan a los peluditos para después persignarse.
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"Eso es fe, porque hay parroquias que tienen una imagen entonces la gente toca la imagen y se persigna, pero hay otras que no tienen entonces montan a personas en la burra, por lo que la gente prefiere tocar a la burra para persignarse", contó don Elías.
Bolaños dijo que no nos sabe explicar por qué la gente hace eso con las burras, pero que si hay algo que tiene claro es que sus animalitos algo transmiten.
"No sabría decirle qué es, o sea, no sé describirlo, pero yo sé que ellos algo transmiten, pero no sé qué es", finalizó Bolaños.