Sucesos

Camarógrafo de Repretel vivirá para siempre en el corazón de sus compañeros

Rigo fue despedido entre lágrimas, abrazos y aplausos

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El camarógrafo de Repretel Rigoberto Arias, quien murió este jueves al ser golpeado por una grúa, dejó recuerdos imborrables entres sus familiares, amigos y compañeros de trabajo.

A Arias le dieron el último adiós este viernes a las 4 p. m., en la iglesia de Los Chagüites, en Santa Bárbara de Heredia y llegó tanta gente, que el templo se hizo pequeño.

Entre los presentes estuvo su compañero Oswaldo Alvarado, quien recordó varias de las anécdotas que vivió al lado de Rigo y que, según él, ahora atesora en su memoria.

“Tuve la oportunidad de ir con Rigo a Colombia, era la primera vez que él se subía en un avión, por lo que los compañeros me encomendaron molestarlo bastante.

“Cuando nos subimos yo le decía que el avión se movía muy feo cuando despegaba y que él tenía que agarrarse duro. Él se me quedaba viendo y sabía que yo lo estaba molestando, pero si estaba nervioso”, recordó sonriendo Oswaldo.

La misa estuvo a cargo del sacerdote Claudio Víquez, quien les dijo a los allegados que hoy el cielo está de fiesta por la llegada de Rigoberto y que ahora solo les queda orar por su alma porque solo así es como estarán más cerca de él.

Gustavo Díaz, el compañero inseparable del camarógrafo, también estuvo en el funeral y al final de la misa habló sobre el tiempo que compartió con Rigo y lo duro que fue verlo durante el accidente que le costó la vida.

“Me tocó verlo irse. Él solo preguntaba dónde estaba la cámara, ya que era apasionado por su trabajo y así lo demostró hasta el final. Me dio un mensaje para la familia y ayer (jueves) en la noche fui a la casa de la esposa de Rigo y se lo di.

“Ahora nosotros tenemos que atravesar un duelo, pero solo Jesucristo nos puede dar la fuerza para hacerlo. De Rigo aprendí mucho, ya que él siempre me daba consejos y yo le decía que cuando estuviera casado quería ser como él porque amaba a su familia sobre todas las cosas”, dijo el comunicador.

Al final de la misa todos los compañeros de Rigoberto se pusieron a los lados de la salida de la iglesia y cuando iba pasando el ataúd le dieron un emotivo aplauso.

Todos los trabajadores de Repretel que asistieron al funeral llevaban un lazo negro en señal del dolor que significa la partida del compañero y amigo.

Luego acompañaron el cuerpo hasta el cementerio de Carrizal de Alajuela, donde lo sepultaron.

La tragedia que acabó con la vida de Arias ocurrió este jueves a las 10 a. m. Rigoberto y el periodista Gustavo Díaz se dirigían a Batán de Limón a cubrir una información sobre la muerte de una mujer y cuando iban por Guácimo se toparon con una gran presa causada por un furgón que estaba detenido debido a problemas mecánicos.

Ellos decidieron hacer una nota sobre la presa, por lo que Rigoberto estaba haciendo unas tomas del tráiler cuando una grúa pasó y lo golpeó violentamente.

Rigoberto cayó al suelo con lesiones en el pecho y la cabeza, pero se mantenía consciente. En cuestión de minutos lo trasladaron a la clínica local, pero sufrió un paro cardiorespiratorio y murió.

La noticia devastó a los trabajadores de Repretel, quienes aseguran que más que perder un compañero, perdieron a un hermano.

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