Los estafadores se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas para ofrecerles realizar una labor muy sencilla a cambio de dinero, pero luego conforme avanzan con la estafa obtienen mayores cantidades de dinero de sus víctimas.
Joshua Ramírez, de la sección de Fraudes del OIJ, explicó cómo es la manera de operar de estos estafadores, señalando que las víctimas son contactadas por medio de las redes sociales o por mensajería como WhatsApp o telegram.
“A las víctimas les ofrecen realizar una labor sencilla que es dar likes a ciertas páginas o videos en YouTube y les pagan, al inicio el pago es relativamente bajo y ronda entre los seis mil y los doce mil colones”, señaló el investigador, al describir el gancho para atrapar a las víctimas.
Una vez que la persona hace los contactos se produce un giro comercial en la que el sospechoso deposita al ofendido en su cuenta y luego inicia una serie de tareas conjuntas, en las que el ofendido sigue recibiendo dinero y todo pinta bonito.
Sin embargo, luego les piden que hagan depósitos, con la trama de que se trata de hacer pagos para el Ministerio de Hacienda porque el pago que van a recibir será muy grande.
“La encargada del chat pide hacer depósitos que van de los ¢100 mil a los ¢200 mil para cubrir temas del Ministerio de Hacienda por la renta como tal.
“Al ser un trabajo irregular, no formal, no hay ningún tipo de relación, esto es el final de la estafa y es en este momento que los ofendidos notan que están siendo timados”, dijo Ramírez.
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Muchas personas hasta han pedido plata prestada con la esperanza de que pronto le van a hacer el pago grande que les corresponde; sin embargo, los delincuentes cibernéticos ya hicieron su estafa y huyen dejando a la víctima endeudada y con la esperanza de haber encontrado una forma fácil de hacer dinero.
Este tipo de estafa ha sido descubierta desde noviembre pasado, por lo que las autoridades piden estar alertas y no caer en la trampa.
Las víctimas han sido tanto hombres como mujeres, la mayoría personas entre los 20 y 30 años, quienes utilizan más Internet; sin embargo también hay casos de personas de 45 años que han caído.
De momento, el OIJ registra 15 denuncias, la mayor es un pago de ¢1.200.000 (pagos que se hicieron acumulativos esperando la mayor cantidad de plata).
“Hay un tema de necesidad social en el que estas personas muy posiblemente están sin trabajo y están haciendo un esfuerzo para hacer esos pagos”, expresó el investigador.
Las autoridades afirman que no hay forma de recuperar el dinero, porque todo es por redes sociales, no hay contrato, ni nada formal.
Los dineros son depositados en cuentas con destinos costarricenses, también extranjeros y en encomiendas de dinero a otros países.