Don Antonio Díaz cumplirá 94 años el próximo 23 de setiembre, por lo que el Deportivo Saprissa le dio un regalazo por adelantado a este fiebre de morado.

Díaz quería tocar el zacate de la Cueva, por lo que el pasado viernes 10 de setiembre visitó el estadio morado y se dio gusto pisando la gramilla tibaseña. El fiebrazo hasta chineó algunas de las 36 copas que tiene el Monstruo.

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Este puriscaleño se sintió como chiquillo con juguete nuevo en el estadio Ricardo Saprissa y estaba más que contento con la experiencia, ya que compartió con personal del equipo y con el exportero José Francisco Porras.

Al estadio acudió en compañía de su nieto Roberto, quien se encargó de realizar todas las vueltas necesarias para que la visita de su abuelito fuera una realidad.

“Me siento feliz y lleno de orgullo, porque nunca había estado dentro de la cancha. Es un estadio muy lindo, una gramilla muy bonita y para mi sorpresa llegó Porritas”, contó todo emocionado.

“¡Qué lindo estadio!”

El puriscaleño se confiesa morado, pero no es envenenado, aunque nunca se pierde ningún partido de la “S” y a la hora que sea.

Si gana el Sapri se alegra, pero si pierde nada pasa, a menos de que la derrota sea contra la Liga, porque si pierde contra los manudos apaga el tele y le cambia el semblante por un buen rato, ya que no le gusta caer ante el archirrival.

El orgulloso abuelo fue agricultor y todavía está muy pochotón, así que todos los días despierta a las 5 de la mañana, para hacerle el desayuno a su esposa Teolinda, con quien está casado desde hace 67 años.

“El gesto fue tan lindo que aficionados de otros equipos felicitaron al equipo y querían que le cumplieran el deseo a mi abuelo”. Roberto Díaz, aficionado.

En su vida solo había ido a un partido en la Cueva, en el 2003, en un clásico que ganó el Sapri ante los rojinegros, ya que por cuestiones de salud, sus familiares prefieren que se tire las mejengas desde la casa

Roberto, uno de los 24 nietos que tiene don Antonio, le contó a La Teja que conversando con “Lito”, como le dice, le preguntó qué le gustaría hacer, momento en el que su abuelo le manifestó su deseo.

“Siempre vemos juntos los partidos más importantes y un día fui a ver uno con él y le pregunté qué quería. Me dijo que quería ir a la basílica porque es muy católico, pero que también le gustaría tocar el zacate del Saprissa.

“El 14 de julio escribí un tuit para saber si podía llevarlo al estadio y comencé a coordinar con la gente de Saprissa. No quería presionar, porque en ese momento sabía que estaban con el aniversario y con el lanzamiento de las camisas, pero por dicha se logró conseguir el viernes pasado”, agregó.

Don Antonio ha estado un poco enfermo, por lo que Roberto le pidió a su prima, Katherine, que le contara que él lo llevarían al Ricardo Saprissa para cumplirle su sueño y motivarlo.

Ese día, su esposa le alistó uno de sus sombreros y una camisa morada para que llegara bien chaineado a la Cueva. Roberto le prestó una bufanda del Sapri y también llevó una bandera del equipo de sus amores.

“Cuando iba llegando al estadio ya se quería bajar. Estaba muy emocionado, su cara lo decía todo y conversó con Porritas, como si lo conocieran de toda la vida. Le regalaron una camiseta y una mascarilla del Saprissa. Además lo invitaron a tomarse fotos con las copas.

“Lo trataron como a un rey, a cada rato se agachaba a tocar el césped y no paraba de decir: ‘qué lindo estadio’”, recordó.

Don Antonio quedó tan feliz con la visita, que luego de visitar el estuche se fueron a almorzar y se mandó un buen plato de arroz con camarones.

“Desde ese día, no habla de otra cosa que no sea de Saprissa. Nosotros estamos muy agradecidos, porque ellos se tomaron todo el tiempo para hacerle fotos, para dejar que el centro de atención fuera él y hasta hicieron un video que nos encantó”, dijo.