Un nicoyano, de 35 años, salió feliz de la vida del estadio Ricardo Saprissa después de que su equipo, Guanacasteca, le arrancó un punto al Monstruo en el último suspiro.
Hasta ahí todo iba perfecto, el viaje que hizo hasta Tibás para ver a la ADG jugar por primera vez en la Cueva había salido puras tejas, pero todo cambió cuando salió del estuche ya que, asegura, fue fuertemente agredido por un grupo de aficionados, si es que así se les puede llamar.
Él le contó lo que vivió a La Teja, pero prefirió no ser identificado por temor a represalias, ya que dice que cree que los sujetos que lo atacaron, por como andaban vestidos, eran miembros de la Ultra.
“Por lo general el grupo de amigos, entre la semana nos organizamos para ver el partido de Guanacasteca, ya sea en Guanacaste y vamos al estadio acá en Nicoya, esta vez cuatro compas nos organizamos para ir al Ricardo (Saprissa).
“Nosotros siempre llevamos mantas con mensajes de apoyo a Guanacaste, esta vez no fue la excepción, pasamos por seguridad sin ningún problema y entramos. Al salir del estadio me separé de mis amigos para ir al Taco Bell, donde me esperaba mi pareja y, caminado, en un momento a otro sentí que me jalaron y me pegaron un golpe en la cara”, relató el nicoyano.
La agresión se dio a eso de las 10 p. m., 50 metros al sur de El Bar de Mata, que está diagonal a la entrada sur de La Cueva.
El joven dice que lo agarraron entre unos cinco y le querían quitar la bandera y un salveque que llevaba.
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La situación no duró mucho porque un par de personas se metieron a ayudarlo y rapidito estaba la ley, por lo que los tipos salieron corriendo.
“Quedo medio atontado por el golpe, enseguida me rodean entre cinco y empiezo a forcejear para que no me robaran la mochila donde tenía mi equipo de trabajo, computadora e iPad, era lo que me preocupaba, porque había salido directo del trabajo al estadio.
“En el forcejeo abrieron la mochila, se llevaron la bandera de Guanacaste y con el golpe mis lentes salieron volando, pero no quedaron contentos con ya con quitarme la manta. Salieron corriendo y al ver que yo hice a recoger mis lentes, uno de ellos se regresó, majó y pateó los lentes para que no los pudiera usar más, después ya no pude encontrarlos en la oscuridad por mi problema de visión”, añadió.
El nicoyano tiene su propio negocio en la ciudad chorotega, un estudio de arquitectura e ingeniería junto con su pareja.
Daño pudo ser peor
Los lentes para este joven le habían salido bastante cariñosos, en ¢480 mil, por tener una prescripción especial dado que sin ellos, prácticamente no ve nada.
Después del susto, la policía lo ayudó a llegar hasta el Taco Bell, donde lo estaba esperando la doña.
El joven dice que los oficiales le tomaron los datos, sin embargo, la Fuerza Pública le dijo a La Teja este jueves que no tenía el reporte del hecho.
Además del asunto de los lentes, el muchacho recibió varios golpes en la cara e, incluso, uno de sus ojos le quedó todo rojo, hasta por dentro.
“Ellos venían de adentro del estadio y me tienen que haber visto cuando me separé de mis amigos, que todos andaban con camiseta de Guanacasteca, yo no, pero tenía la bandera. Me gorrearon por la espalda, la verdad esto me deja muy triste, con un sinsabor muy grande.
“Mi pareja estaba bastante alterada, porque nunca había pasado por eso y más bien gracias a Dios que me separé de mis compas, porque uno iba con los dos niños”.
Este jueves tuvo que ir adonde un oftalmólogo en San José, que le dijo que más bien los lentes le ayudaron a contener los golpes, o sea, pudo ser peor la cosa.
“No tengo desprendimiento de la córnea, el oftalmólogo lo que me comenta es que tengo iridociclitis post traumática (inflamación adentro del ojo por un golpe). Que más bien los lentes me protegieron, porque sino probablemente sí me hubieran desprendido la córnea”.
Todo quedó en una amarga experiencia, una inolvidable y desafortunada primera vez luego de conocer la Cueva.